HABACUC

‘’Oh Jehová, para juicio lo has puesto; y, oh Roca, para un censurar lo has fundado.’’ — Habacuc 1:12

La visión de Habacuc comienza con una serie de preguntas que el profeta dirige a Dios diciendo: “¿Hasta cuándo oh Jehová tengo que gritar por ayuda sin que tú oigas?, ¿Hasta cuándo clamaré a ti por socorro contra la violencia sin que salves?, ¿Por qué me haces ver lo que es perjudicial, y sigues mirando simple penoso afán?, y ¿Por qué hay expoliación y violencia enfrente de mí, y por qué ocurre la riña y por qué se lleva la contienda?”

Tal y como dice el profeta, desde el tiempo de la expulsión de Adán y Eva de un paraíso de paz y placer, toda suerte de problemas como angustias, luchas, violencia y abuso han caído sobre la humanidad. Es como si las bellas flores del jardín se hubieran marchitado y hubieran sido reemplazadas por cardos y mala hierba que afligen y asfixian a la humanidad con la fuerza de una hiedra.

En este momento, cuando muchos déspotas y tiranos del mundo poseen armas con el potencial de causar muerte y destrucción a escala inimaginable, la intervención de Dios se hace más urgente. Sin la intervención de Dios en los asuntos de la humanidad, no existe ninguna razón realista para creer que la humanidad sobrevivirá. Aunque la mayoría de la gente prefiere no pensar acerca de tan desagradable fin para el mundo, los profetas de Jehová nos aseguran que la perversa civilización en que vivimos, tarde o temprano, tendrá que enfrentarse con lo inimaginable.

La mayor parte de la gente tiende a ignorar la posibilidad de un juicio llevado a cabo por Dios. De manera similar, la mayor parte de la gente ha sido condicionada para descartar y burlarse de la idea que en este momento exista una conspiración para dominar al mundo. Pero cuando consideramos el hecho que este mundo está bajo el control de aquel a quien Jesús llamó “el padre de la mentira”, ¿Cómo podemos afirmar que no hay una conspiración contra el reino de Dios? Por lo tanto, no es de maravillarnos que la gente común califique de locas y paranoicas las afirmaciones que algunos hacen respecto a que existe una conspiración para el establecimiento de “Nuevo Orden Mundial” por parte de los hombres. Muchos piensan que las personas que hacen dichas afirmaciones son simples dementes que creen en seres extraterrestres y otros cuentos chinos. La idea de que en este momento exista una conspiración para someter al mundo por medio de un gobierno supranacional y totalitario en oposición a Dios para algunos puede parecer ridícula.

 Hasta algunos testigos de Jehová se rehúsan a considerar seriamente la idea de “Un Nuevo Orden” establecido por humanos. Ellos creen que, si eso fuera cierto, las revistas La Atalaya o Despertad tratarían este tema. Debido a que hay muchísima desinformación proveniente de todas partes, y esto, aunado a nuestra naturaleza escéptica y a nuestra renuencia natural a creer que algo tan siniestro pudiera existir, muchos niegan este asunto e ignoran lo que puede implicar en relación con el futuro juicio de Jehová.

Reconociendo nuestra tendencia natural a burlarnos de tales cosas, Jehová inicia su respuesta a la pregunta de Habacuc diciendo: “Vean entre las naciones, y miren, y fijen la mirada con asombro el uno con el otro. Asómbrense; porque hay una actividad que uno efectúa en los días de ustedes, la cual ustedes no creerán, aunque se les cuente detalladamente.”

Según la versión Septuaginta, Habacuc 1:5 dice: “Miren ustedes burladores y observen, y quédense maravillados y desaparezcan, porque estoy efectuando un trabajo en sus días, la cual ustedes no creerán, aunque alguien se las explique en detalle.”

¿Cuál es la “actividad” que Dios está realizando a la cual se refiere el profeta? Esto es lo que dice la revista la Atalaya del 1 de febrero del año 2000 bajo el artículo titulado ‘’¿Cuánto tiempo le queda a los inicuos?, en el párrafo 22:

‘’¿Va a efectuar Jehová “una obra” increíble en nuestros días? Podemos tener la seguridad de que sí lo hará, aunque a los escépticos les parezca increíble. Esta vez la obra increíble de Jehová será la destrucción de la cristiandad. Como la antigua Judá, afirma adorar a Dios, pero se ha corrompido por completo. Jehová se encargará de que pronto se erradique el último vestigio del sistema religioso de la cristiandad, así como de toda “Babilonia la Grande”, el imperio mundial de la religión falsa.’’

Aunque la Watchtower afirma que la visión de Habacuc se refiere a la destrucción de la cristiandad, lo cual significaría que el caldeo simboliza al octavo rey, Betel ni siquiera intenta explicar la profecía alrededor de ese tema. Es cierto que, según la visión de Habacuc, la actividad que Jehová estaba llevando a cabo originalmente tenía que ver con permitir que los ejércitos babilonios conquistaran a Judá y Jerusalén. Sin embargo, Nabucodonosor también fue autorizado por Dios para tiranizar y subyugar a una gran parte del mundo en ese tiempo. Entonces, si la destrucción de Judá establece un patrón para el fin de la cristiandad, ¿Qué significado tiene para nuestros días el que los caldeos también hayan conquistado a todas las demás naciones de ese tiempo que están ubicadas en esa región?

‘’PARA JUICIO LO HAS PUESTO’’

Después de describir la naturaleza feroz de los invasores, Habacuc fue inspirado para explicar que la máquina de guerra caldea iba a servir como el agente oficial de castigo de Jehová. Habacuc 1:12 dice: “¿No eres tú desde mucho tiempo atrás, oh Jehová? Oh Dios mío, mi Santo, tú no mueres. Oh Jehová, para juicio lo has puesto; y, oh Roca, para un censurar lo has fundado.’’

Por lo tanto, queda claro un principio: aunque Jehová no fabrica a estas bestias, en ocasiones, para servir a sus propósitos, Él permite que instituciones rapaces ya existentes sirvan como ejecutores de sus juicios, al no detenerlos ni impedirles efectuar el propósito de ellos.

Originalmente, Dios comunicó la mayoría de las profecías de la Biblia por medio de visiones. Y, al igual que las visiones de Apocalipsis, Daniel, Isaías, Ezequiel y otros, todavía no han visto su cumplimiento final, de igual manera, la visión de Habacuc también está reservada para el tiempo real del fin. Es por eso que Dios le dice a su atalaya, Habacuc, que escriba la visión para preservar un registro de ella, porque como dice Jehová: “[la] visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y no dirá mentira. Aun si tardara, mantente en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde.’’

A pesar del hecho de que las Escrituras establecen claramente que la visión es para un tiempo señalado del futuro, un tiempo señalado que incluso la Watchtower nos dice que es futuro, según el comentario absurdo que hace Betel sobre Habacuc, las muchas guerras y atrocidades del siglo pasado hacen parte de alguna manera de la ‘’actividad’’ del caldeo moderno. Por ejemplo, al comentar sobre Habacuc 2: 5, el número de la revista La Atalaya mencionada anteriormente, nos dice lo siguiente:

” ¿Quién es este hombre que “no puede satisfacerse”? Con una voracidad como la que tuvo la Babilonia de los días de Habacuc, este “hombre” compuesto formado por poderes políticos —sean fascistas, nazis, comunistas o hasta supuestamente democráticos— desencadena guerras con fines expansionistas. Además, llena el Seol, el sepulcro, de almas inocentes. Pero este traicionero “hombre” compuesto, que forma parte del mundo de Satanás y está borracho de las ínfulas que se da y la confianza en sí mismo, fracasa en su intento de ‘recoger para sí todas las naciones y juntar para sí todos los pueblos’. Solo Jehová Dios puede unir a toda la humanidad, y lo hará mediante el Reino mesiánico.’’

El artículo afirma que el caldeo moderno está compuesto por todas las naciones actuales y que las atrocidades que predice la profecía supuestamente ya se han cometido. El artículo mencionado también dice:

“¡Cuánta culpa por derramamiento de sangre hallamos en la Tierra hoy en día!… tan solo en el siglo XX las naciones y grupos étnicos culpables de derramamiento de sangre han sido responsables del degüello de más de cien millones de seres humanos. ¡Ay de los perpetradores de estos baños de sangre!’’

Curiosamente, mientras afirma que la destrucción de Judá prevista en Habacuc tipifica la aniquilación final de la cristiandad, ¡la Watchtower también atribuye todos los genocidios y atrocidades del siglo XX al verdugo de Jehová! Además de traicionar su falta de comprensión de la profecía de Habacuc, Betel declara que el caldeo moderno “fracasa en su intento”. Sin embargo, obviamente, el verdugo de los juicios de Jehová alcanza cierto grado de éxito, ya que está llevando a cabo la obra de Dios. En lo que no logra tener éxito es en alcanzar su meta de erradicar a los adoradores de Jehová de la tierra.

Por otro lado, si la interpretación de la Sociedad es correcta, eso significa que los nazis, los soviéticos, los jemeres rojos y muchos otros tiranos, sirvieron al propósito de Jehová cuando destruyeron sin piedad decenas de millones de vidas. Además, nos planteamos lo siguiente: si esos regímenes malvados sirvieron como agentes de castigo de Dios, entonces ¿por qué prevalecen la injusticia, el conflicto y la opresión por toda la tierra? ¿Y por qué sigue existiendo la cristiandad? Además, ¿por qué Dios no ha aparecido milagrosamente para aclarar las cosas, como lo previó Habacuc?

Debería ser obvio que esos gobiernos malvados no sirvieron al propósito de Dios. Claramente, la profecía de Habacuc habla del futuro tiempo señalado para el Día del Juicio, ya que Jehová le dijo al profeta: “Porque la visión es aún para el tiempo señalado”.

Como ocurre con muchas otras profecías, es evidente que Jehová también ha ocultado el verdadero significado de Habacuc hasta el momento en el que la visión cobra vida. La visión es presentada como un monstruo dormido que se despertará repentinamente para devorar a un mundo desprevenido e ingenuo. Por eso, en Habacuc 3: 2, el profeta implora a Jehová con estas palabras: “Oh Jehová, he oído el informe acerca de ti. He quedado con miedo, oh Jehová, de tu actividad. ¡En medio de [los] años, oh hazla entrar en vida! En medio de [los] años, quieras darla a conocer. Durante la agitación, de mostrar misericordia quieras acordarte.’’

En estos momentos, cuando el mundo parece estar en una marcha mortal e irreversible hacia una eventual guerra total y el uso inevitable de armas de destrucción masiva, parece particularmente oportuno considerar lo que la visión de Habacuc realmente nos dice acerca del futuro.

Habacuc nos presenta a los caldeos describiéndolos como una nación amarga, impetuosa y que inspira temor. Habacuc 1:8 nos dice: “Y sus caballos han resultado más veloces que leopardos, y ellos han resultado más fieros que lobos nocturnos. Y sus corceles han piafado sobre el terreno, y de lejos sus propios corceles vienen. Vuelan como el águila que se apresura a comer [algo].’’

Hace siglos, el intrépido caballo de guerra era lo último en equipamiento militar. Una caballería de carga o coches tirados por caballos podrían cubrir rápidamente el terreno del campo de batalla y fácilmente abrumar o superar a simples soldados de a pie. Eso nos lleva a preguntarnos lo siguiente: si el ejército babilónico primitivo fue descrito alguna vez como un formidable conquistador de naciones, ¿cuánto más inspiradoras de miedo son las fuerzas militares modernas y su avanzada tecnología? Los ejércitos modernos poseen las fuerzas de combate más impresionantes y terribles jamás inventadas.

Y aunque Rusia y China poseen enormes ejércitos y un armamento formidable, la maquinaria de guerra angloamericana es la más temible. Al poseer cientos de bases militares en todo el mundo y gigantescas bases aéreas flotantes en los mares, ninguna parte del mundo está fuera alcance de los aviones de combate supersónicos que pueden descender del cielo, lanzando misiles guiados por láser con mortal precisión. Algunos satélites en órbita proporcionan al soldado en tierra la capacidad de guiar misiles lanzados desde el mar o el aire y también existen enormes bombas anti-bunkers que pueden llegar a cualquier lugar de la tierra. Y esas son solo armas y tecnologías convencionales. Los Estados Unidos poseen más de una docena de submarinos con armas nucleares merodeando bajo los océanos de la tierra día y noche. Solo uno de estos buques es capaz de destruir una nación entera con solo presionar un botón en cualquier momento. Además de los muchos miles de armas nucleares, se nos informa que hay varias armas secretas que están en desarrollo o que aún no se han utilizado en el campo de batalla. Ciertamente, si se consideraba que el ejército caldeo inspiraba temor, ¿cuánto más miedo inspira el poder militar de la superpotencia angloamericana?

“ESTE PODER SUYO SE DEBE A SU DIOS’’

Satanás el diablo estaría muy contento se mantener las cosas como están indefinidamente, siempre y cuando él esté en el poder. Durante los últimos aproximadamente 6000 años, el demonio principal ha engañado al mundo de innumerables maneras. Pero el que el diablo reine como dios sobre este mundo es solo una concesión temporal por parte del Dios de los dioses. Jehová ya ha sentado las bases para que Cristo Jesús y sus 144 mil elegidos reemplacen al Diablo y a sus ángeles malvados. Sin embargo, no debemos esperar que los dioses demoníacos se den por vencidos tan fácilmente y sean enviados al abismo sin dar la guerra cuando su tiempo expire. Dado que el nombre hebreo de Satanás significa literalmente “opositor”, sin duda Satanás y sus demonios se opondrán ferozmente a Cristo cuando venga en su reino.

El capítulo 12 del Apocalipsis revela que Satanás y sus ángeles librarán una furiosa batalla en el cielo una vez que el reino del mundo sea entregado a Cristo. Esa guerra invisible en la dimensión espiritual resultará en la expulsión violenta de Satanás y sus legiones de los cielos. ¡La mala noticia es que a ellos se les forzará a un último enfrentamiento contra el Glorioso Reino de Jesús en nuestra pequeña e insignificante tierra! No hace falta decir que ese acontecimiento no resultará en algo positivo para el ámbito físico en el que vivimos. El derrocamiento del gran dragón del cielo tendrá profundas ramificaciones en toda la tierra que superarán con creces cualquier calamidad que la humanidad haya sufrido.

Así como un enloquecido criminal acorralado puede tomar rehenes en un intento desesperado por evitar su inevitable captura e infligir el mayor daño posible, de la misma manera cuando los dioses de este sistema se enfrenten a su propio encarcelamiento, será como si tomaran al mundo como su rehén y amenazaran con causar una aniquilación total si Cristo intentara eliminarlos. Durante la última hora crítica que coincide con el “corto espacio de tiempo” de Satanás, la visión de Habacuc se cumplirá plenamente cuando cuando el Caldeo de la actualidad, motivado por un espíritu satánico, se lance en su aterradora conquista global y logre, al menos por un momento, el dominio total del mundo.

Habacuc 1: 9-11 describe al imperio impulsado por los demonios con estas palabras: “En su todo viene para simple violencia. El reunirse sus rostros es como [el] viento del este, y ella recoge cautivos justamente como la arena.  Y por su parte, se mofa de reyes mismos, y los altos funcionarios le son algo de lo cual reírse. Por su parte, se ríe hasta de todo lugar fortificado, y amontona polvo y lo toma. En aquel tiempo ciertamente se moverá adelante [como] viento y pasará a través y realmente se hará culpable. Este poder suyo se debe a su dios.”

La fuente de la gran tempestad de Jehová que está destinada a golpear este mundo es revelada aquí como el rey de Babilonia enloquecido por los demonios, cuyas fuerzas se comparan a un viento que avanza sin obstáculos. Pero, aunque el caldeo es descrito como una fuerza militar feroz y formidable, hay otros medios más sutiles para alcanzar la dominación mundial.

‘’PARA TOMAR POSESIÓN DE RESIDENCIAS QUE NO LE PERTENECEN’’

Los imperios siempre han prosperado mediante el saqueo de naciones y pueblos. ¡Según Habacuc, el último imperio está destinado a saquear y esclavizar al mundo entero! O como dice el versículo 6 del capítulo 1: “va a los lugares amplios y abiertos de la tierra para tomar posesión de residencias que no le pertenecen”. Tal cosa no es algo tan fácil. ¿Cómo podría ocurrir tal calamidad? En los tiempos modernos, los gobiernos comunistas simplemente han revocado los derechos de sus ciudadanos y han confiscado toda propiedad privada. Sin embargo, el capitalismo tiene la misma capacidad de despojar, aunque de manera menos abierta. La profecía mencionada se puede cumplir a través de un endeudamiento excesivo, debido a que, como dice la Biblia, el deudor se convierte en esclavo del prestamista. Los gobiernos también pueden esclavizar y empobrecer a sus súbditos a través de un aumento excesivo en los impuestos, una devaluación repentina de la moneda o una hiperinflación de la cantidad de dinero en circulación, lo que lo hace inútil.

En vista de la precaria situación económica y financiera del mundo en la actualidad, a medida que los individuos, las corporaciones y las naciones se hunden cada vez más en un atolladero de deudas impagables, ahora hay un espectro inminente de un incumplimiento del pago de las deudas o una hiperinflación que provocaría un derrumbe repentino y catastrófico en el sistema económico mundial agobiado por estas. Debido a la gran interconexión del sistema financiero mundial, el colapso de alguna institución importante o alguna nación podría causar el derrumbe de muchas otras grandes instituciones y naciones y de esa manera provocar el temido “efecto domino”, llevando al entero sistema financiero global a la ruina.

La realidad de las cosas es que la llamada era electrónica, tiene el potencial de “clausurar” los negocios de la humanidad de la noche a la mañana en el caso de un colapso sistemático.  Como se ha demostrado, los mercados de valores pueden desplomarse con una rapidez impresionante. Las monedas pueden ser devaluadas. Las corporaciones gigantes que emplean a decenas de miles de personas pueden quebrar. Los bancos que parecen sólidos como una roca resultan ser una ilusión. El dinero en sí está destinado por la palabra de Jehová a convertirse simple confeti para ser arrojado en las calles. ¿Qué tan rápido podría cambiar la civilización si las transacciones financieras cotidianas se volvieran imposibles?

Habacuc 2: 6 describe con más detalle la actividad del ejecutor de Jehová y la maldición que Dios mismo le impone al idear un plan tan macabro, diciendo de él: “¿No levantarán estos mismos, todos ellos, un dicho proverbial contra él y una referencia alusiva, insinuaciones a él? Y uno dirá: ”‘¡Ay de aquel que está multiplicando lo que no es suyo —¡oh hasta cuándo!— y que está haciendo pesada la deuda contra sí mismo!’’

La Watchtower hace el siguiente comentario acerca del versículo anterior:

“En este pasaje se recalca la ganancia injusta. En el mundo que nos rodea, los acaudalados siguen enriqueciéndose, y los menesterosos se empobrecen cada vez más. Los narcotraficantes y los estafadores acumulan grandes fortunas, mientras que muchas personas comunes pasan hambre. Se calcula que la cuarta parte de la población mundial vive sumida en la pobreza. Las condiciones de vida de muchos países son espantosas. ‘’

Contrariamente a la interpretación de la Watchtower, la “ganancia injusta” no es la de los estafadores y los traficantes de drogas, a menos que, por supuesto, uno incluya a los banqueros de la Ciudad de Londres y de Wall Street. El rey caldeo es el que se enaltece al apoderarse de hogares y saquear naciones enteras. La profecía describe el despojo de todas las naciones como parte del trabajo que Jehová ha asignado a los caldeos. En realidad, la visión para el tiempo señalado implica el colapso total del sistema presente y el inicio de un superestado global y totalitario. Aparentemente, la propiedad privada dejará de existir y todas las que existan pasarán a manos del estado, o en este caso del superestado.

A través de Habacuc, Jehová predice que cuando llegue el momento señalado para que la visión cobre vida, el imperio neocaldeo seguirá ‘’recogiendo para sí todas las naciones y juntando para sí todos los pueblos”.

No debemos confundirnos y creer que esta recolección de gentes y naciones se llevará a cabo de una manera pacífica y para el bien común. Las naciones serán atrapadas bajo una extensa red sin poder escapar de las manos de su captor. Posiblemente su deuda los hará depender de la generosidad del despiadado último rey. El caldeo está destinado a arruinar a todas las naciones. Es por eso que en Jeremías 51:25 a Babilonia se le llama la ‘’arruinadora de toda la tierra”. Será en ese momento cuando los hombres se verán obligados en medio de una gran desesperación a rendir cuentas acerca de a quien adoran.

El pronunciamiento de Dios en contra de los caldeos los condena por obligar a la humanidad a venerar un simple ídolo, diciendo: ” ¡Ay del que da a sus compañeros algo de beber, juntando [a ello] tu furia y cólera, para emborrachar[los], con el propósito de mirar sus partes vergonzosas! Ciertamente te saciarás de deshonra en vez de gloria. Bebe también, tú mismo, y que se te considere incircunciso. La copa de la mano derecha de Jehová te llegará, en turno, y habrá vergüenza sobre tu gloria” (Habacuc 2: 15-16) Pablo condena de manera similar a los cristianos que, de manera indulgente, se convierten en dioses de sus propias entrañas. Del mismo modo, Jesús advirtió a sus seguidores que tuvieran mucho cuidado de que sus corazones no llegaran a estar cargados debido a comer y/o beber en exceso, para que el día de Jehová no llegara a ser una trampa para ellos.

Habacuc indica que la negligencia espiritual y la indulgencia excesiva pueden hacernos caer en la trampa de la autocomplacencia al no tener la fuerza necesaria para resistir la copa de la ira que el Octavo Rey nos forzará a beber. Durante ese tiempo de escasez y racionamiento muchos se convertirán en meros adoradores de ídolos en un vano intento de mantener vivas sus almas.

Algunos opinan que la idolatría es una práctica relegada a los pueblos ignorantes de la antigüedad. Suponen que la adoración de ídolos se refiere únicamente a la forma cruda de veneración llevada a cabo por paganos brutales que se inclinaban ante imágenes grotescas de su propia invención. Sin embargo, Jehová tiene otra opinión acerca de este asunto. Desde su punto de vista, los pueblos de nuestro mundo moderno están practicando una forma de idolatría que es tan bárbara y repugnante como lo fue la religión de los antiguos caldeos. Del mismo modo que una imagen tallada literal denigra al Dios ilustre, rendir homenaje a una imagen política que intenta ocupar el lugar del Reino de Dios es blasfemo e idólatra.

Jehová considera que es vano y presuntuoso para simples humanos pecaminosos jactarse de que su sabiduría y su poder resolverán los complejos problemas del mundo. La profecía de Habacuc está de acuerdo con tal afirmación, la cual está armonía con lo que dicen otros profetas, al decir: “¿De qué provecho ha sido una imagen tallada, cuando el formador de ella la ha tallado, una estatua fundida, y un instructor de falsedad?, ¿cuándo el formador de su forma ha confiado en ella, hasta el grado de hacer dioses que nada valen [y] que no pueden hablar? ”’¡Ay del que dice al pedazo de leña: “¡Oh, sí, despierta!”, a una piedra muda: “¡Oh, despierta! Ella misma dará instrucción”! ¡Mira! Está cubierta de oro y plata, y no hay ningún aliento en medio de ella.’’

“Un instructor de falsedad” es una descripción apropiada para la maquinaria de propaganda a favor de un gobierno global. Aquellos que están informados en tales asuntos saben que las Naciones Unidas han adoptado la profecía mesiánica de la Biblia, que predice que los hombres batirán sus espadas en rejas de arado cuando Jehová traiga el nuevo mundo, presumiendo descaradamente que traerá la paz mundial. Pero, tal como podemos inferir del versículo de Habacuc previamente citado, ¿qué beneficio puede aportar a aquellos que hacen una estatua fundida, aunque esta tenga un objetivo bíblico, adorarla, si esta no tiene el poder para hacer realidad ese objetivo?

No es de extrañar que Habacuc 2: 4-5 represente al presunto caldeo como si estuviera hinchado de confianza en sí mismo, diciendo de él: ‘’ ¡Mira! Su alma se ha hinchado; no ha sido recta dentro de él. Pero en cuanto al justo, por su fidelidad seguirá viviendo.  Y, realmente, porque el vino trata traidoramente, un hombre físicamente capacitado es soberbio; y no alcanzará su meta, aquel que ha hecho espaciosa su alma justamente como el Seol, y que es como la muerte y no puede satisfacerse. Y sigue recogiendo para sí todas las naciones y juntando para sí todos los pueblos.’’

¿De qué manera tendrá el último rey un apetito tan insaciable como la muerte?

La civilización moderna, con todos sus muchos avances científicos y sofisticación, es simplemente parte de un sistema de cosas perverso muy antiguo, y como tal, está plagada de los mismos problemas que han afligido a las sociedades humanas durante siglos. La razón detrás de esto es que la naturaleza humana caída no ha mejorado con el tiempo. Las personas siguen siendo tan propensas a actos de inmoralidad, codicia y barbarie como en la antigüedad.

Debido a que el mundo ha rechazado el consejo de Jehová y ha sembrado vientos de destrucción, las leyes de reciprocidad exigen una cosecha final de una tormenta de aniquilación. Por desagradable e inquietante que pueda parecer, el ser humano se ha caracterizado por estar dispuesto a asesinar a otros y eso no ha cambiado con el tiempo. Indiscutiblemente, los imperios y sus consortes religiosos son los peores derramadores de sangre sobre el planeta. Los imperios asirio y babilonio con sus poderosos sacerdotes eran notoriamente despiadados y crueles. El Imperio Romano y la Cristiandad también fueron terriblemente brutales. El Imperio Británico es igualmente culpable de perpetrar numerosos genocidios en sus numerosas colonias. Sin embargo, sobriamente, la visión de Habacuc predice que lo peor aún está por venir.

¿TIENE ÉL QUE MATAR NACIONES CONSTANTEMENTE?

Después de que Jehová respondió a la pregunta inicial de Habacuc y le presentó al profeta el ejecutor caldeo, a Habacuc le horrorizó lo que a continuación imaginó que involucraba al caldeo inspirador de temor. Es por eso que el profeta se dirigió nuevamente a Dios, implorando a Jehová que le explicara por qué permitía que un tirano traicionero se tragara a alguien más justo que él. En Habacuc 1:14, el profeta continúa diciendo: ” ¿Y [por qué] haces al hombre terrestre como los peces del mar, como cosas que se arrastran sobre las cuales nadie gobierna?’’

La respuesta a esa pregunta es la siguiente: debido a que Adán se rebeló contra Jehová, dejando a sus hijos sin la supervisión directa de nuestro Rey celestial, Dios ha decidido no proteger a la humanidad de experimentar el inevitable y terrible resultado final de su rebelión. En el reino animal, los más fuertes o astutos son considerados los más exitosos. Según la filosofía mundana, – filosofía que según la Biblia es animal, terrenal y demoníaca-, el hombre no es más que un animal altamente evolucionado. Tal falta de espiritualidad ha hecho que los hombres, creados originalmente a imagen y semejanza de Dios, se consideren unos a otros como simples bestias. El fin de este sistema llegará por medio de la captura de la humanidad por parte del Caldeo, como si fueran simples peces en una red. El versículo 15 dice: “A todos estos él los ha hecho subir con un simple anzuelo; los arrastra en su red barredera, y los recoge en su red de pescar. Por eso se regocija y está gozoso.’’

La mentalidad animal de un imperialista anglo-europeo considera que los otros grupos étnicos y las clases sociales más bajas pertenecen a una especie subhumana. Y como el mero ganado y los peces, deben ser pastoreados y eliminados cuando y como la oligarquía gobernante lo considere oportuno.

Nadie debería dudar de que hoy en día hay hombres poderosos que pretenden utilizar todos los medios a su disposición para implementar una “solución final” – como la llamaron los nazis – a los problemas reales o imaginarios del calentamiento global, la sobrepoblación y la disminución de los recursos naturales.

El genocidio es la política fundamental del Imperio Británico y, a través de la influencia anglosajona, el maltusianismo también se ha adoptado como política estadounidense. La reducción masiva de la población humana también está integrada en la política de las Naciones Unidas. Piense en lo que todo eso implica: la alianza más poderosa que el mundo haya conocido, la potencia mundial dual angloamericana, tiene como política oficial la reducción de la población humana compuesta en este momento por 7 mil 600 millones de personas. Ahora bien, eso no quiere decir que las personas que habitan Gran Bretaña o Estados Unidos escaparán de las garras del octavo rey.

Aparentemente, la oligarquía tendrá “éxito” en la implementación total de su plan para reducir la población humana a gran escala y debido a esto Habacuc fue inspirado para escribir lo siguiente: “¡Ay del que obtiene ganancia mala para su casa, para poner su nido en la altura, para ser librado del agarro de lo que es calamitoso! Has aconsejado algo vergonzoso a tu casa, el cortar a muchos pueblos; y tu alma está pecando. Porque de[l] muro una piedra misma clamará lastimosamente, y del maderaje una viga misma le responderá.’’

A través de los profetas, Jehová ha declarado su propósito de permitir que un superestado depredador desate un holocausto genocida en una escala nunca antes vista en este planeta ya empapado de sangre. Habacuc continúa diciendo: ” Por eso ofrece sacrificio a su red barredera y hace humo de sacrificio a su red de pescar; porque por ellas su porción tiene mucho aceite, y su alimento es saludable. ¿Vaciará por eso su red barredera, y tiene él que matar a naciones constantemente, a la vez que no muestra ninguna compasión?’’

De la manera más depredadora y horrible que uno pueda imaginar, el último rey banqueteará y saciará su hambre devorando a las naciones por puro gusto. De esa manera hace que “su apetito sea tan grande como el Seol”.

El capítulo 14 de Isaías es paralelo a Habacuc y este muestra al rey de Babilonia como el asesino de las naciones. Isaías 14: 6 se refiere al ‘’que golpeaba a los pueblos en furor con un golpe incesantemente, el que sojuzgaba a las naciones en consumada cólera con una persecución sin restricción’’.

Los versículos 18-20 también muestran la muerte sin gloria del último tirano genocida de la tierra en términos espeluznantes, diciendo: “Todos los otros reyes de las naciones, sí, todos ellos, han yacido en gloria, cada uno en su propia casa. Pero en cuanto a ti, tú has sido arrojado sin sepultura para ti, como un brote detestado, vestido de muertos atravesados por la espada que bajan a las piedras de un hoyo, como un cadáver pisoteado. No llegarás a unirte con ellos en un sepulcro, porque arruinaste tu propia tierra, mataste a tu propio pueblo. Hasta tiempo indefinido la prole de los malhechores no será nombrada.’’

El caldeo es condenado por matar a su propio pueblo; sin embargo, las Escrituras no indican que el rey Nabucodonosor haya cometido genocidio en contra del pueblo babilonio. En ese sentido, la profecía parece presagiar algo más.

¿Qué cosa?

Cuando la Organización de las Naciones Unidas se convierta en un gobierno mundial colectivista, todos los pueblos y naciones serán sometidos a él.  Al implementar una aniquilación a gran escala de la población, esta institución se haría culpable de matar a su propio pueblo, tal como lo predicen las profecías de Isaías y Habacuc. El término para eso es democidio, una muerte causada por el gobierno.

Desde nuestro punto de vista en el siglo XXI, es como si todos los imperios anteriores se hubieran recostado en tumbas conmemorativas decoradas. Por ejemplo, el Museo Británico de Londres alberga muchos artefactos y tesoros de la antigua Asiria, Egipto, Babilonia, Persia, Grecia y Roma. Es como si el rey anglosajón fuera el custodio de los tesoros de sus honrados predecesores imperiales. Sin embargo, el último rey no deja tal legado glorioso. Es como si se dejara pudrir al aire libre, como el cadáver de un animal salvaje e inmundo, por haber perpetrado un plan tan espantosamente horrible y malvado.

“PARA SALVAR A TU UNGIDO’’ 

En última instancia, los caldeos (el octavo rey) llegan a ser culpables, como lo predice Habacuc 1:11, debido a que atacan directamente al pueblo de Dios. En el tercer capítulo de su profecía, Habacuc describe la respuesta de Jehová al ataque, diciendo: “Y saliste para la salvación de tu pueblo, para salvar a tu ungido. Hiciste pedazos al cabeza de la casa del inicuo. Hubo un poner al descubierto el fundamento, hasta el mismo cuello. Con sus propias varas traspasaste [la] cabeza de sus guerreros [cuando] se movieron tempestuosamente para esparcirme. Su júbilo exaltado era como el de los que están empeñados en devorar a un afligido en un escondrijo.’’

El hecho de que Jehová salga para salvar a su ungido no significa que los ungidos se salven de experimentar la muerte a manos de los caldeos. Se salvan en el mismo sentido en que Jehová salvó a su ungido original, Jesús, no evitándole que sufriera la muerte, sino resucitándolo.

Una vez que los reyes ungidos del reino de Dios hayan sido finalmente sellados con la aprobación irreversible de Jehová, no hay nada que un anticristo, el Diablo o un tirano imperial puedan hacer para romper su lealtad a Dios. Su salvación está asegurada. Son inmortales e incorruptibles a partir de ese momento. Su martirio solo sirve para transformarlos instantáneamente en reyes celestiales gloriosos, invencibles. Desde su posición celestial, Cristo y sus 144 mil hermanos se reunirán para desatar la aniquilación total sobre el asesino de las naciones y opositor del reino de Dios en la batalla de Armagedón. Dado que Cristo y sus gobernantes asociados tienen el derecho legal de proteger sus intereses y afirmar su autoridad sobre la tierra, es perfectamente justo que los caldeos rindan cuentas de sus atrocidades contra las naciones y la ciudad de Dios.

Habacuc 2: 7-8 predice cómo los herederos del reino saquearán al saqueador y acabarán con su asesino, diciendo: “¿No se levantarán súbitamente los que demandarán de ti interés, y se despertarán los que te sacudirán violentamente, y ciertamente llegarás a ser para ellos algo que saquear? Porque tú mismo despojaste con violencia a muchas naciones, todos los restantes de [los] pueblos te despojarán con violencia a ti, por el derramamiento de la sangre de la humanidad y la violencia a [la] tierra, [al] pueblo y a todos los que moran en él.’’

La expresión “todos los restantes de los pueblos” hace referencia al pueblo de Jehová que finalmente heredará la tierra después de que el último rey sea vencido, de esa manera el saqueador será saqueado.

Habacuc concluye su profecía describiendo el impacto físico y emocional que la visión tuvo sobre él personalmente: “Oí, y mi vientre empezó a agitarse; al sonido mis labios temblaron; podredumbre empezó a entrar en mis huesos; y en mi situación estuve agitado, para esperar calladamente el día de la angustia, para [su] subida al pueblo, [para] hacer él incursión contra ellos.’’

Jesús una vez les dijo a sus apóstoles que tenía muchas cosas que decirles pero que no podían soportar la carga en ese momento. Sin duda, la futura revelación de Cristo significará el develamiento completo de todas las cosas que sus seguidores deberán sufrir. Además, esta también incluirá la comprensión correcta de Habacuc y los otros profetas. Curiosamente, varias traducciones del primer verso de la profecía de Habacuc lo llaman: “La carga que Habacuc vio”. Pero a pesar de que el profeta estaba angustiado por la espantosa visión acerca del futuro del mundo, la fe indómita de Habacuc en Jehová le dio poder para esperar el cumplimiento de la visión, sabiendo que este finalmente llevaría a la salvación del pueblo de Dios. Por lo tanto, las palabras finales de “la carga que Habacuc vio” concluyen con una nota positiva, la cual dice: ‘’sin embargo, en cuanto a mí, ciertamente me alborozaré en Jehová mismo; ciertamente estaré gozoso en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor Soberano es mi energía vital; y él hará mis pies como los de ciervas, y sobre mis lugares altos me hará pisar.’’