LA SEÑAL
“Pero el año más importante para toda la creación humana es el año 1914, pues ese año marcó el punto de viraje más importante en la historia humana”. — La Atalaya, 15 de mayo, 1960
Cuando se confronta a los testigos de Jehová con los hechos que prueban la falsedad de la doctrina del año 1914, muchos de ellos suelen decir lo siguiente: “tal vez algunos aspectos de la doctrina de 1914 aún no se ven claramente, pero ciertamente la presencia de Jesús ha sido evidente desde ese año”.
En este capítulo se analizará si esa afirmación es cierta. Después de todo, la característica principal de la señal de la presencia de Jesús es muy sencilla, él predijo: “Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de angustia”.
No hay duda de que la Primera Guerra Mundial fue la guerra más destructiva en la historia humana, por lo menos hasta ese momento. Pero, ¿Cumplió la señal de la presencia de Jesús esta guerra de tal manera que ninguna otra pueda cumplirla? ¿Es posible que tal vez pueda ocurrir otra guerra muchísimo más destructiva que las dos guerras del siglo XX, la cual, acompañada de otras calamidades, pueda ser la verdadera señal de la presencia de Jesús?
La respuesta que la Watchtower da a esa pregunta es no. La razón detrás de esa forma de pensar consiste en que debido a que varias naciones poseen armas nucleares y otros tipos de armas de destrucción masiva, cualquier futura guerra mundial sería tan catastrófica que la humanidad sería borrada por completo de la faz de la Tierra. Y debido a que la Biblia asegura que la Tierra no será destruida y será habitada para siempre, el concepto de una tercera guerra mundial no es aceptado con facilidad por Betel.
Por ejemplo, en el libro Razonamiento A Partir De Las Escrituras, bajo el tema ‘’Los Últimos Días’’, la Watchtower ofrece la siguiente explicación a aquellos amos de casa que se preguntan si existe la posibilidad de que una guerra futura pueda cumplir de manera más apropiada la profecía de Jesús:
‘’Esa es una pregunta interesante, y la respuesta a ella hace resaltar el hecho de que en realidad vivimos en los “últimos días”. ¿Por qué? Pues, parte de la señal que Jesús dio tiene que ver con guerras entre naciones y entre reinos. Pero, ¿qué sucedería hoy día si el cumplimiento de la señal exigiera que tuviéramos que esperar hasta que estallara otra guerra de esfuerzo total entre las superpotencias? Tal guerra dejaría pocos sobrevivientes, si algunos. Así, como usted puede ver, el propósito de Dios de que haya sobrevivientes indica que ahora vivimos muy cerca del fin de este viejo sistema. ‘’
El mismo libro también ofrece una explicación adicional:
‘’El ver si los acontecimientos mundiales corresponden con esta profecía es como ver la correspondencia entre ciertas huellas digitales y los dedos que las produjeron. No habrá ninguna otra persona que deje las mismas huellas. De igual manera, el patrón de acontecimientos que comenzó en 1914 no se repetirá en ninguna generación futura.’’
Pero, ¿Tiene sentido esa forma de pensar? ¿De verdad se puede afirmar categóricamente que la señal de la presencia de Jesús no se hará manifiesta de una manera más convincente en el futuro? La respuesta a esa pregunta es muy pertinente en este momento, debido al hecho que la Watchtower también enseña que las profecías no pueden ser entendidas por completo antes de su cumplimiento.
No hay duda de que la Sociedad se contradice a sí misma. Por una parte, a los testigos de Jehová se les enseña que el patrón de acontecimientos que tuvieron inicio en 1914 no se repetirá en el futuro, pero, por otro lado, la Watchtower también admite que las profecías no pueden ser entendidas hasta que estas se cumplen. Pero si las profecías no pueden ser entendidas antes de su cumplimiento, ¿Cómo pueden ellos asegurar que no habrá acontecimientos futuros que opacarán por completo a las desgracias ocurridas desde 1914? De acuerdo con los escritos de la Watchtower, tendremos que esperar a ver como se desarrollan los acontecimientos para saber si en realidad las profecías se cumplieron o no.
El libro mencionado anteriormente nos dice que una guerra que incluya el uso de armas nucleares ‘’dejaría pocos sobrevivientes, si algunos’’, y que esa es la razón por la que deberíamos considerarla una imposibilidad. Pero precisamente eso fue lo que Jesús predijo que ocurriría: la tribulación sería tan severa que, si Jehová no intervenía y la acortaba, esta no dejaría ningún sobreviviente. Obviamente, no hay nada que prevenga que las potencias nucleares se envuelvan en una guerra mucho más destructiva que cualquier guerra anterior. No necesitamos mencionar el hecho que incluso un uso limitado de armas nucleares empequeñecería las desgracias ocurridas durante la Primera Guerra Mundial.
En el pasado, la Watchtower enseñaba que la profecía de Jesús que habla de escenas espantosas y grandes señales del cielo, al igual que el hecho de que los hombres se desmayarían por el temor, se había cumplido durante el siglo XX. Hablando de las terribles armas usadas durante la Primera Guerra Mundial, la Watchtower escribió lo siguiente en la Atalaya del 1 de octubre de 1988:
‘’ La I Guerra Mundial introdujo terribles armamentos nuevos. Desde el cielo, aviones y dirigibles arrojaron bombas y balas. Más aterradora aún fue la destrucción que llovió sobre ciudadanos indefensos en la II Guerra Mundial, incluso la que causaron dos bombas atómicas… Mientras tanto, como se predijo, “los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada”. El crimen, el terrorismo, el desplome económico, la contaminación química y la radiación procedente de plantas de energía nuclear son causas de “temor”, junto con la amenaza creciente de guerra nuclear.’’
Pero en realidad los arcaicos aviones usados en 1914 no pueden siquiera compararse con los aviones de combate de la actualidad. Además, aquellos aviones rudimentarios no atacaban a la población civil, de hecho, no tenían la capacidad para hacerlo ¡Mientras que un solo avión de la actualidad puede cargar más municiones y armas que todas las usadas durante las dos guerras mundiales!
Además, la ansiedad que experimentaron las personas que vivieron durante el siglo XX concerniente a su futuro no parece ser lo que Jesús describía cuando predijo que los hombres se desmayarían por el temor y la expectación de las cosas que vendrían sobre la tierra habitada. Es cierto que el mundo ha tenido temor con respecto a una guerra nuclear y otras calamidades, pero el que los hombres se desmayen por terror no puede ser comparado con eso. El temor que describe la profecía parece ser único y peculiar, pues habla de enfrentar una calamidad real y presente, y no solo la posibilidad de que tal calamidad suceda.
Desde alrededor de 1995, la Watchtower ha comenzado sutilmente a cambiar su interpretación de este aspecto de la profecía, afirmando que se cumplirá en un futuro. Actualmente los testigos de Jehová ya no consideran que la ansiedad común que experimenta la sociedad sea parte de la señal de la presencia de Cristo. Sin embargo, eso lleva a la Watchtower a enfrentarse a otro dilema, debido a que, de acuerdo con la profecía de Jesús, las grandes señales del cielo y el terror de los hombres son el resultado del enfrentamiento de las naciones en una terrible guerra. Eso es evidente debido al hecho de que, en el siguiente versículo, Jesús les dice a sus discípulos: ‘’Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”.
Pero ¿Qué cosas comenzarían a suceder? De acuerdo con Jesús, las guerras e informes de guerras producirían terror. Es por eso que Jesús exhortó a sus discípulos a no dejarse vencer por el miedo, diciendo: ‘’Ustedes van a oír de guerras e informes de guerras; vean que no se aterroricen. Porque estas cosas tienen que suceder, mas todavía no es el fin.’’
Jesús pasó a describir toda la señal de su presencia y predijo que sus discípulos verían ‘’escenas espantosas’’. En Lucas 21:10 y 11, Jesús dijo: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento; y habrá escenas espantosas, y del cielo grandes señales.’’
Evidentemente, las guerras y disturbios que Jesús predijo son la principal causa de temor, ya que es posible que las escenas espantosas y grandes señales del cielo se hagan manifiestas por medio de los llamados ‘’hongos nucleares’’. Sin embargo, podemos estar seguros de algo: la detonación de una sola arma termonuclear produciría un terror nunca antes visto en la humanidad.
Es fácil darnos cuenta que una de las deficiencias encontradas en la doctrina de 1914 de la Watchtower es el hecho de que ha pasado más de un siglo desde que supuestamente comenzó a cumplirse la señal de la presencia de Jesús y todas aquellas personas que presenciaron estos acontecimientos ya murieron. Sin embargo, hasta el año 1995, la Watchtower enseñaba que la generación que había sido testigo de los acontecimientos ocurridos en 1914 no pasaría hasta que llegara el fin. Como muestra de este hecho, hasta el número del 22 de octubre de ese año, el propósito de la revista Despertad decía lo siguiente:
‘’Esta revista promueve la confianza en la promesa del Creador de establecer un nuevo mundo pacífico y seguro antes de que desaparezca la generación que vio los acontecimientos de 1914’’.
Luego, de manera por demás extraña, la revista La Atalaya en su edición del 1 de noviembre de 1995 trató de redefinir la palabra generación, al tiempo que se aferraba al dogma de 1914. Debido a que Jesús usó la palabra “generación” en un contexto que mencionaba la perversidad y la infidelidad de los judíos, el Cuerpo Gobernante sintió que el uso que se le da a la palabra generación mencionada en ese texto tenía que ver con la maldad de las personas. Pero, al darse cuenta de lo inadecuado de tal explicación, hace pocos años Betel se ideó la teoría de la generación traslapada.
Sin embargo, cuando Jesús pronunció su sentencia contra la infiel nación israelita, él dijo claramente: “de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.” En el primer siglo, la generación que escuchó las palabras de Jesús no pasó hasta que se cumplió todo lo que se predijo que ocurriría, lo cual incluía la destrucción de Jerusalén.
De acuerdo con Jesús, sus discípulos verían personalmente la señal de su presencia. Jesús incluso utilizó una ilustración para hacer énfasis en este punto, al decir: “Ahora bien, aprendan de la higuera como ilustración este punto: Luego que su rama nueva se pone tierna y brota hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así mismo también, ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que él está cerca, a las puertas.” (Mateo 24:32)
El pronombre “ustedes” aparece tres veces en el versiculo supracitado. Por esa razón, le preguntamos estimado lector: ¿Ha sido usted testigo de los acontecimientos que sucedieron en 1914? ¿Acaso existe una persona que haya sido testigo de los acontecimientos que Jesús pronosticó? ¿Será que tal vez Jesús dijo que sus discípulos que estuvieran vivos durante el tiempo del fin “verían” estas señales por medio de libros de historia, y por relatos de segunda mano heredados de abuelos a padres y de padres a hijos?
Si ese es el caso, ¿Entonces por qué dijo Jesús dijo “cuando ustedes vean todas estas cosas”? Según la Sociedad Watchtower, en su folleto ‘’ ¡Mira! Estoy Haciendo Nuevas Todas Las Cosas’’, muchas personas han sido testigos presenciales de la señal mencionada por Jesús. Por eso, el mencionado folleto nos dice lo siguiente:
‘’ ¿Ha experimentado usted la guerra, la escasez de alimento, o alguno de los grandes terremotos que han plagado al mundo desde 1914? Si así es, entonces usted ha sido testigo de la “señal” del “tiempo del fin” de este sistema de cosas.’’
Sin embargo, debemos preguntarnos honradamente, ¿Cuántas personas han “experimentado” verdaderamente la señal de la presencia de Cristo? La gran mayoría de las personas del mundo occidental no han experimentado ninguna de las cosas que Jesús predijo. No obstante, un folleto de la Sociedad Watchtower titulado ¿De Veras Se Interesa Dios Por Nosotros? nos dice que “plagas” modernas como las enfermedades del corazón, el SIDA, y el cáncer son parte de la señal previamente mencionada. El folleto nos dice lo siguiente:
“Tan solo la gripe española mató a unos 20.000.000 de personas después de la I Guerra Mundial; algunos cálculos son de 30.000.000 o más. El SIDA ha causado centenares de miles de muertes y pudiera causar millones más en el futuro cercano. Cada año mueren millones de personas por enfermedades cardíacas, cáncer y otras aflicciones. Otros millones mueren lentamente de hambre. Sin duda los ‘jinetes del Apocalipsis’, con sus guerras, escaseces de alimento y epidemias, han segado gran cantidad de vidas en la familia humana desde 1914.’’
Aunque esos datos son interesantes, nosotros nos preguntamos: si los jinetes del apocalipsis ya han iniciado su mortal marcha; tal como ellos afirman, ¿No es lógico pensar que en estos momentos habría una reducción continua en la población mundial? Sin embargo, como todos sabemos, la población mundial aumenta y aumenta. Por ejemplo, durante el tiempo en que la plaga conocida como la peste negra azotó a Europa, algunas regiones de ese continente vieron reducir su población hasta en un 50%. Pueblos enteros desaparecieron debido a los estragos producidos por tan mortal plaga. Por eso nos preguntamos, ¿Pueden compararse las plagas que menciona Jesús que tendrán lugar con “plagas” como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer?¡Por supuesto que no!
Además, ¿Tiene sentido afirmar que una parte del mundo está siendo azotada por plagas y desastres de proporciones apocalípticas, al tiempo que la Sociedad Watchtower nos dice que una de las mayores amenazas en los países del primer mundo es la obesidad?
De acuerdo al libro de Revelación, una cuarta parte de la población mundial está destinada a sucumbir ante los embates de los tres primeros jinetes del apocalipsis:
“Y vi, y, ¡miren!, un caballo pálido; y el que iba sentado sobre él tenía el nombre Muerte. Y el Hades venía siguiéndolo de cerca. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con una espada larga y con escasez de alimento y con plaga mortífera y por las bestias salvajes de la tierra”.
Pero, ¿Qué significa que “una cuarta parte de la tierra” sea dada en manos de la muerte? Si acaso las palabras significan algo, en este caso las palabras de Dios, tiene sentido pensar que una cuarta parte de la tierra equivale al 25% de la población mundial. Por eso nos preguntamos, ¿Puede el número de víctimas atribuidas a las guerras, las plagas y las hambrunas del siglo XX equipararse al 25% de la población mundial?
Se calcula que en 1900 había aproximadamente 1500 millones de personas sobre el planeta Tierra. La historia nos dice que de 8 a 9 millones de personas perdieron la vida durante la Primera Guerra Mundial, y que de 20 a 40 millones de desafortunados perecieron debido a los estragos de la gripe española. Aparentemente no hubo grandes hambrunas durante ese tiempo. Por eso, si usamos la cifra máxima de víctimas atribuidas a la fiebre española, y le agregamos diez millones que pudieron haber perecido durante la guerra que se peleó en ese entonces, obtenemos la cifra de 50 millones. ¿Qué porcentaje es esta cifra en relación a los 1500 millones de personas que había en la Tierra en aquel entonces? Aproximadamente el 3%, una cifra muy por debajo del 25% que pronostican las Escrituras.
Pero, ¿Qué sucede si consideramos todas las muertes atribuidas a la guerra, las plagas, y las hambrunas durante el siglo XX; tal como lo hace la Sociedad Watchtower? En más de una ocasión ella ha dicho que las guerras del siglo XX cobraron la vida de 100 millones de personas. Aun si hacemos eso, el problema continúa, pues el crecimiento poblacional no cesa, y de hecho es exponencial, a pesar de los estragos producidos por las enfermedades, hambrunas y guerras que hay en la actualidad.
Por ejemplo, si tomamos la cifra que se nos da, es decir, 100 millones, y si a esta cifra le agregamos 150 millones de muertes por cualquier otro motivo, aun así, solo llegamos a 250 millones de personas. Estos 250 millones de muertes difícilmente constituyen el 4% de la población actual; la cual se calcula en 7 mil 600 millones.
Ante tal incongruencia solo nos queda preguntarnos, ¿Exagera la Palabra de Dios la autoridad que se le otorga a los jinetes del apocalipsis? Obviamente, también tenemos la opción de sospechar que estas creencias son falsas, e inferir que la señal que anuncia la verdadera presencia de Jesús se manifestará de una forma más convincente en el futuro.
Tal como Betel no puede asegurarnos de que no habrá otra guerra mundial; de igual manera, ellos tampoco pueden asegurarnos que en el futuro no habrá hambrunas y plagas muchas más severas a las que se han presentado hasta ahora. Por ejemplo, expertos en virología continúan advirtiéndonos que la gripe aviar puede extenderse por todo el mundo, infectando y matando al menos a mil millones de personas. Aun si esos números son exagerados, es realista pensar que una plaga de esa naturaleza a nivel mundial causaría estragos muy superiores a los atribuidos a la gripe española de 1918. Tampoco es exagerado considerar la posibilidad que muchas de las plagas y pestes futuras sean de manufactura humana, en un esfuerzo de los gobiernos por recurrir a la guerra biológica.
Si la primera guerra mundial fue el inicio de los dolores de angustia; tal como Jesús predijo, entonces es obvio pensar que los otros rasgos distintivos de su presencia serían evidentes en este momento. Pero, ¿realmente lo son?
Jesús predijo lo siguiente: “Entonces los entregarán a tribulación y los matarán, y serán objeto de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre. Entonces, también, a muchos se les hará tropezar, y se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. Y muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos; y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte. Pero el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo. Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:9-14)
No hay duda que en los últimos cien años los testigos de Jehová han sido una de las más odiadas, calumniadas, y perseguidas religiones del mundo. La persecución contra los testigos de Jehová por parte de Hitler es bien conocida. Durante la década de los 30´s y de los 40´s, los testigos de Jehová de los Estados Unidos fueron víctimas de hostigamiento y violencia por parte de chusmas iracundas. Los testigos de Jehová de Canadá también fueron víctimas de intensa persecución durante la década de los 50´s; especialmente en la provincia de habla francesa conocida como Quebec.
Más recientemente, durante la década de los 70´s, el gobierno de Malawi aprobó una despiadada persecución en contra de los testigos de Jehová, la cual resultó en la muerte de miles de ellos, así como en la pérdida de sus bienes materiales. En la actualidad, los testigos de Jehová están siendo perseguidos en muchas naciones de la antigua Unión Soviética, lo cual incluye lo que ocurre en Rusia. Ahora bien, ¿Pueden considerarse las persecuciones que hemos vivido hasta ahora como parte de la señal que anuncia el fin de este sistema de cosas? No olvidemos que los cristianos originales también fueron perseguidos en determinados momentos de su ministerio. Debido a ello, preguntamos: ¿Pudiera ser el caso que las persecuciones vividas hasta ahora son solo el preludio de cosas por venir?
Por favor, considere detalladamente el relato paralelo encontrado evangelio de Marcos: “En cuanto a ustedes, cuídense; los entregarán a los tribunales locales, y serán golpeados en las sinagogas y tendrán que estar de pie ante gobernadores y reyes por mi causa, para testimonio a ellos. También, en todas las naciones primero tienen que predicarse las buenas nuevas. Pero cuando vayan conduciéndolos para entregarlos, no se inquieten de antemano acerca de qué hablar; más bien, lo que se les dé en aquella hora, eso hablen, porque no son ustedes los que hablan, sino el espíritu santo. Además, el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra los padres y los harán morir; y ustedes serán objeto de odio de parte de toda la gente por causa de mi nombre. Pero el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo”. (Marcos 13:9-13)
Recuerde que Jesús dijo que las buenas nuevas tenían que predicarse “primero”. Pero, ¿Primero de qué? El contexto menciona que las buenas nuevas serían predicadas antes que los cristianos fueran entregados en manos de los gobernantes del mundo, donde ellos darían un último y final testimonio. ¿Han comparecido ya los testigos de Jehová ante los gobernantes y reyes del mundo a fin de dar un último testimonio ante ellos? Aunque es verdad que ellos han comparecido ante ciertos tribunales, difícilmente pueden considerarse estas comparecencias como el cumplimiento de la profecía. Por lo regular, estos casos han tenido que ver con la injusta persecución contra ellos.
De hecho, algunos casos hasta han acaparado la atención nacional e internacional, como en el caso de la prohibición contra los testigos de Jehová por parte de Rusia. Sin embargo, si somos honrados no podemos evitar cuestionarnos si ese tipo de acontecimientos verdaderamente llenan los requisitos que menciona la profecía. No olvidemos que la Sociedad Watchtower enseña que la mencionada señal es muy peculiar, y no puede confundirse con otra. Por eso nos preguntamos, ¿Son los hechos previamente mencionados un cumplimiento exacto de lo que Jesús predijo que sucedería?
Por ejemplo, en otra parte de las Escrituras Jesús aconsejó a sus discípulos a que no sucumbieran ante la ansiedad a la hora de defender su causa. Él dijo: “Por lo tanto, resuélvanlo en sus corazones que no ensayarán de antemano cómo hacer su defensa”. Esto evidentemente descarta la posibilidad de contratar abogados para hacer una defensa legal. Además, ¿Podemos decir verdaderamente que este tipo de comparecencias han servido para dar un testimonio acerca del Reino de Dios ante oficiales gubernamentales, o se ha tratado simplemente de maniobras legales entre los abogados de Betel y los representantes de diferentes gobiernos?
Como todos sabemos, cualquier abogado competente estudiaría, analizaría, y ensayaría diligentemente la defensa de su cliente, ¿O es que el espíritu santo habla a los gobernantes del mundo por medio de las maniobras y defensas legales de los abogados de Betel? El patrón profético que encontramos en las Escrituras sugiere algo completamente distinto.
Las Escrituras nos dicen que Cristo Jesús compareció solo ante el Sanedrín judío y ante el rey Herodes; también nos dicen que Jesús estuvo solo cuando compareció ante Pilato, el gobernador romano. Ciertamente, Jesús no utilizó abogados en su defensa, pues su defensa era muy simple. Jesús dio testimonio respecto al Reino de Dios. Siguiendo su ejemplo, Pedro, Juan, y Santiago también comparecieron ante las autoridades de su tiempo sin la presencia de un abogado. Por su parte, Pablo compareció solo ante el Cesar en Roma a fin de dar un testimonio cabal acerca del Reino de Dios.
¿Puede decirse lo mismo de los testigos de Jehová de la actualidad? ¿Ha habido alguna ocasión en que ellos han comparecido ante las autoridades sin la presencia de un abogado, o sin preparar su defensa legal? Aunque muchos de ellos han utilizado al Reino de Dios como un argumento muy importante en su defensa; aun así, esas comparecencias en nada se comparan al audaz testimonio que dieron Jesús y sus apóstoles.
Además, las persecuciones sufridas por los testigos de Jehová no parecen alcanzar la severidad que mencionan las Escrituras, pues Jesús predijo: “Además, el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre a su hijo, y los hijos se levantarán contra los padres y los harán morir.”
Las traiciones entre cristianos de una misma familia son una señal distintiva que identifica al tiempo del fin. Pero si el tiempo del fin comenzó en 1914, ¿No es obvio pensar que este rasgo tan peculiar de la profecía sería tan prominente en este momento como lo han sido las guerras, las hambrunas y las plagas? Aunque es posible que algunos cristianos hayan traicionado a miembros de su familia durante el holocausto nazi; aun así, estas traiciones fueron tan pocas que pueden considerarse como una excepción, y no como la regla.
Sin embargo, las profecías hebreas nos hablan de un tiempo en que el mundo cristiano se derrumbaría, donde muchos hermanos espirituales se traicionarían los unos a los otros, al grado que entregarían a sus compañeros en manos de sus ejecutores. Por ejemplo, el capítulo siete del libro de Miqueas, que pronostica la caída y subsecuente restauración del pueblo de Jehová durante el tiempo del fin, nos dice:
“El leal ha perecido de la tierra, y entre la humanidad no hay ninguno recto. Todos ellos, para derramamiento de sangre acechan. Cazan, cada uno a su propio hermano, con una red barredera”.
Posteriormente, el profeta aconseja:
“No pongan su fe en un compañero. No cifren su confianza en un amigo íntimo. De la que se reclina en tu seno guarda las aperturas de tu boca. Porque hijo desprecia a padre; hija se levanta contra su madre; nuera contra su suegra; los enemigos de un hombre son los hombres de su casa”. (Miqueas 7:2, 5, 6)
Es difícil para muchos testigos de Jehová imaginar el colapso de su amada organización, al tiempo que hermanos y hermanas espirituales se enfrascan en horribles y despreciables actos de traición en contra de sus propios compañeros. De hecho, aun a la gente del mundo le parece inconcebible la posibilidad que el presente sistema llegue a su fin de una manera repentina y violenta. Sin embargo, los profetas de la antigüedad nos aseguran que Jehová Dios sacudirá el mundo en que vivimos hasta sus cimientos.
En lo referente a la condición espiritual de la organización de Jehová, es evidente que ya pueden detectarse síntomas de desilusión y desanimo entre los hermanos, al tiempo que detractores y ex-testigos de Jehová acusan a la Sociedad Watchtower de ser un culto peligroso que manipula y lava el cerebro de las personas. La persecución sufrida por los testigos de Jehová en el pasado es prueba fehaciente de cuán fácil es manipular a las grandes masas; especialmente durante la histeria que se vive en tiempos de guerra. Aunque la mayoría de los hermanos no tienen ningún inconveniente en seguir ciegamente las instrucciones de Betel, ¿Qué pasará cuando las expectativas proféticas de la mencionada organización sean desacreditadas por acontecimientos inesperados? Sí, ¿Qué sucederá?
A MUCHOS SE LES HARÁ TROPEZAR
Muchos saben que de acuerdo a las enseñanzas de la Sociedad Watchtower, la gran tribulación comenzará cuando las Naciones Unidas destruyan a Babilonia la Grande, la cual incluye a la cristiandad. Sin embargo, Escrituras no apoyan tales especulaciones. Algo aún más preocupante es el hecho que a muchos hermanos se les ha hecho creer que ellos serán simples testigos de los juicios de Dios y que la organización no se verá afectada. Sin embargo, contrariamente a las enseñanzas promovidas por Betel, el profeta Oseas nos dice lo siguiente: “Y ciertamente impondré silencio a tu madre. Mi pueblo ciertamente será reducido a silencio, porque no hay conocimiento.’’ Por lo tanto, surge la siguiente pregunta: ¿Qué pasará cuando el establecimiento Betel sea silenciado en el momento en que los testigos de Jehová busquen guía y dirección proveniente de su ‘’madre’’ organizacional?
En la inevitable confusión y locura que resultará debido a la guerra, el hambre, las plagas, el colapso económico, y la humillación y desolación de la Sociedad Watchtower, es razonable pensar que la animadversión latente que mucha gente siente en contra de los testigos de Jehová resulte en una persecución sin paralelo en nuestra historia. Aquellas personas que siguen ciegamente las directrices de Betel, pero que no conocen ni aman verdaderamente a Jehová se hallarán completamente confundidas. De hecho, el contexto de la profecía de Miqueas que habla de las traiciones entre hermanos predice precisamente eso: “El día de tus atalayas, [de] que se te dé atención, tiene que venir. Ahora ocurrirá el confundirlos.’’
Bajo el estado policial que se vivirá en el mundo, podemos imaginar fácilmente a los infieles y personas sin fe sucumbiendo ante la presión, traicionando a sus hermanos espirituales, y a miembros de su propia familia; cumpliendo así las palabras de Jesús, cuando dijo: “A muchos se les hará tropezar, y se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. Y muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos; y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte”. Trágicamente, la Sociedad Watchtower no tiene ningún discernimiento acerca de este tipo de cosas. Ellos han hecho creer a sus feligreses que los “muchos” a los que ‘’se les hará tropezar” y que “se traicionarán unos a otros” ni siquiera son cristianos. En innumerables ocasiones la Sociedad Watchtower ha mencionado el capítulo 24 del libro de Mateo en sus publicaciones, pero nunca ha dado una explicación real de los versículos mencionados anteriormente.
Otro rasgo distintivo de la presencia de Jesús es el aumento del desafuero. Pero, ¿Qué es exactamente lo que Jesús quiso decir cuando predijo: “Y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte”?
La Sociedad Watchtower siempre ha dicho que “el aumento del desafuero” es una referencia a las actividades criminales a través del mundo. Sin embargo, existe un problema con esta interpretación. Las estadísticas del Departamento de Justicia nos dicen que el índice de criminalidad ha ido a la baja durante la última década. Aunque no hay duda de que desde la década de los 60´s hasta el inicio de la década de los 90´s sí hubo un incremento en todo tipo de crímenes, en la actualidad el índice de criminalidad ha ido a la baja, al menos en los Estados Unidos, que es una de las naciones más violentas y desaforadas del mundo. Sin embargo, es bueno recordar que la palabra “desafuero” siempre está relacionada en las Escrituras con hipocresía y rebelión contra Dios. Jesucristo usó esta palabra en tres ocasiones. En el Sermón del Monte Jesús menciono lo que él le diría a los hipócritas que fingían servirle: ‘’¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero.’’
En referencia al juicio contra la mala hierba semejante a trigo, Jesús dijo: ‘’De manera que, así como se junta la mala hierba y se quema con fuego, así será en la conclusión del sistema de cosas. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos juntarán de su reino todas las cosas que hacen tropezar, y a los que cometen desafuero, y los arrojarán en el horno de fuego. Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes.’’
Cuando dictó juicio en contra de los hipócritas fariseos, Jesús dijo: “Así ustedes, también, por fuera realmente parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero.”
En cada uno de estos textos, la palabra “desafuero” es una referencia a la corrupción espiritual existente entre aquellos que afirman servir a Dios. Por lo tanto, es evidente que Jesús estaba pronosticando un incremento en la hipocresía y apostasía dentro de la congregación cristiana como una señal de su presencia, y no un incremento en las actividades criminales del mundo. El enfriamiento del amor de muchos, y el incremento del desafuero debe ocurrir entre aquellos que una vez amaron y fueron fieles a Dios.
Por otro lado, en el libro de Marcos, Jesús dijo: ‘’También, en todas las naciones primero tienen que predicarse las buenas nuevas.’’ En la actualidad nosotros creemos que la palabra “primero” significa antes del fin de este sistema de cosas. Eso se debe a que con frecuencia nos recuerdan las palabras que se encuentran en el libro de Mateo, donde leemos: “Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Jesús nos dice en dos ocasiones que las buenas nuevas deben de predicarse “antes”. En Mateo, Jesús dice que las buenas nuevas deben de predicarse antes del fin, pero en Marcos aparentemente Jesús nos está diciendo que las buenas nuevas serían predicadas antes de la persecución, y obviamente, antes que se levantase nación contra nación, y reino contra reino.
Esto se hace aún más evidente si recordamos que en capítulo 21 de Lucas, Jesús dijo: “Pero antes de todas estas cosas les echarán mano a ustedes y los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y prisiones.’’ “Antes de todas estas cosas” es una referencia a las guerras, las hambrunas, y las señales aterradoras en los cielos que Jesús predijo en el versículo anterior. Por eso nos preguntamos, ¿Podría ser que el trabajo de predicación llevado a cabo por los testigos de Jehová a través del mundo y los sufrimientos experimentados hasta ahora son la fase preliminar que antecede a la verdadera presencia de Jesús? ¿Pudiera ser que durante la auténtica presencia de Jesús se dé un último testimonio antes que sus seguidores sean entregados para ser muertos, resultando esto en el fin de este sistema de cosas? Hay fuertes razones para pensar que así será.
Por favor, considere el patrón bíblico que hallamos en las Escrituras. Después de iniciar su ministerio, Jesús capacitó y envió a 70 discípulos a predicar el reino de Dios. Es bueno notar que esos discípulos solo tenían una pobre y rudimentaria idea de lo que era el reino de Dios. Los apóstoles creían que el reino de Dios entraría en funciones inmediatamente. También creían que debido a que Jesús se hallaba físicamente entre ellos, el reino de Dios conquistaría al mundo en ese momento. De hecho, Lucas nos dice que Jesús tuvo que dar una ilustración debido a que ellos “se imaginaban que el reino de Dios iba a exhibirse instantáneamente”.
De manera por demás interesante, Jesús comisionó a sus discípulos a predicar el reino de Dios a pesar de la ignorancia de ellos. Sin embargo, después de la resurrección de Jesús, los ojos y las mentes de los discípulos fueron abiertos, y entendieron las profundas verdades del reino de Dios. Posteriormente, el espíritu santo de Dios fue derramado sobre ellos, lo que los convirtió en una fuerza indomable que conquistó y evangelizó el mundo mediterráneo de la antigüedad.
Los tratos de Jesús con la congregación del primer siglo sirven como patrón profético de cosas por venir. Los testigos de Jehová de hoy se encuentran en una situación similar a la que se encontraban los discípulos antes de la muerte y resurrección de Jesucristo. Al igual que los 70 discípulos enviados por Jesús a anunciar que el reino de Dios se había acercado, los testigos de Jehová de la actualidad también han hecho conciencia en la gente en lo referente a asuntos espirituales relacionados con el reino de Dios. Sin embargo, al igual que los discípulos originales, ellos también han efectuado su ministerio bajo erróneas suposiciones, y expectativas prematuras.
De acuerdo a la mayoría de los libros proféticos de la Biblia, la llegada de Jesús resultará en un gran sacudimiento y refinación de la congregación cristiana, así como en un tiempo de angustia sin precedentes. Será en ese entonces cuando verdaderamente será incuestionable la señal de la presencia de Jesús.
Después de eso, sucederá el más grande derramamiento del espíritu santo ocurrido hasta la fecha, lo que impulsará a un castigado y humillado pueblo de Dios a iniciar una espectacular campaña de predicación que servirá como un último testimonio y advertencia al mundo de que el reino de Dios por fin ha llegado y ‘’entonces vendrá el fin’’.