JOEL

‘’ Lo que dejó la oruga, la langosta se lo ha comido; y lo que dejó la langosta, la langosta reptante, sin alas, se lo ha comido; y lo que la langosta reptante, sin alas, ha dejado, la cucaracha se lo ha comido.’’ –-Joel 1:4

Un ejército de millones de insectos invasores es, sin duda alguna, una de las fuerzas más devastadoras de la naturaleza. Una plaga de langostas volando sobre el horizonte puede formar una nube y oscurecer el cielo, reduciendo a nada a un fértil y cultivado campo en cuestión de minutos. En la antigüedad e incluso hoy en día, una plaga de langostas es una de las peores pesadillas que le pueden ocurrir a una persona que se dedica a las labores del campo.

La Biblia predice, no solo el ataque de una plaga de langostas, sino también el ataque de un ejército voraz de orugas, de un ejército de langostas sin alas, y de una plaga de repugnantes cucarachas. Sin embargo, lo más impresionante de todo es que estos no son insectos ordinarios acechando a la humanidad, no, estos son una representación de un contingente de temibles guerreros que se asemejan a un león por su ferocidad. La profecía de Joel predice que estas voraces y espeluznantes huestes barrerán con todo el mundo, y traerán devastación y ruina a toda la tierra habitada. Este horrible e imparable ataque proveniente de ejércitos que se asemejan a insectos, es un precursor del gran día inspirador de temor de Jehová e inicia el Día del Juicio Final para la casa de Dios. ¿Qué significa entonces esta peculiar plaga de insectos? Y más importante aún, ¿qué creen los testigos de Jehová que representan las langostas de Joel?

Desde la década de 1930, la Watchtower ha enseñado que los invasores de Joel representan a los testigos de Jehová. Hace tan solo 10 años, La Atalaya del 15 de julio de 2008 dijo lo siguiente:

“El profeta Joel ilustró la labor de evangelizar de los cristianos ungidos con una desoladora plaga de insectos que incluía langostas. Avanzando como un ejército, las langostas superan obstáculos, entran en las casas y devoran todo lo que encuentran a su paso. Esta es una descripción muy gráfica de la predicación persistente y exhaustiva que realiza hoy día el pueblo de Dios.”

Los testigos de Jehová supuestamente son descritos en la profecía como un ejército de langostas voraces debido a que han sido imparables en la devastación de los “campos fértiles de operación” de la cristiandad.

Es cierto que muchas personas que encontramos en el “ministerio del campo” consideran que los testigos de Jehová no son más que una plaga irritante; pero siendo realistas, ¿cómo podemos afirmar que la cristiandad ha sido devastada como resultado de la labor de predicación de los testigos de Jehová?

En vista del hecho de que la cristiandad es tan viable hoy como lo era cuando el juez Rutherford insultó e irritó al clero con sus denuncias vitriólicas hace muchas décadas, simplemente no es verdad que la predicación de los testigos de Jehová de alguna manera ha reducido el reino espiritual de la cristiandad a un campo estéril. ¿Quién en su sano juicio y sin la influencia de la Sociedad creería tales tonterías?

Incluso una lectura casual de la profecía de Joel nos muestra que esta menciona una catástrofe única y horrible sobre el mundo, y cómo esa calamidad impactará a aquellos que son reconocidos por Jehová como su pueblo.

Escrito en una lengua vernácula, el libro de Joel establece claramente que la invasión simbólica de insectos es un desastre para el pueblo de Jehová. Es por eso que Jehová lo llama “mi tierra, mi vid, mi higuera’’, declarando en Joel 1: 6-7: ‘’Porque hay una nación que ha subido a mi país, poderosa y sin número. Sus dientes son los dientes de un león, y tiene las quijadas de un león. Ha puesto mi vid como objeto de pasmo, y mi higuera como tocón. Positivamente la ha dejado desnuda y [la] ha desechado. Las ramitas de ella han quedado blancas.’’

Incuestionablemente, el objeto de la devastación es el pueblo de Dios.

En Joel 1: 13 – 14, Dios se dirige a los ancianos y sacerdotes principales que están ministrando en el altar en la casa de Jehová, diciéndoles: “Cíñanse, y golpéense los pechos, sacerdotes. Aúllen, ministros de[l] altar. Entren, pasen la noche en tela de saco, ministros de mi Dios; porque de la casa de su Dios han sido retenidas la ofrenda de grano y la libación. Santifiquen un tiempo de ayuno. Convoquen asamblea solemne. Reúnan a [los] ancianos, a todos los habitantes del país, a la casa de Jehová su Dios, y clamen por socorro a Jehová.”

Como un ejemplo más de lo absurdo de las interpretaciones de la Watchtower, aquí está lo que la Atalaya del 1 de mayo de 1998 ofreció como comentario acerca de los versículos anteriores:

“Hoy día, el clero de la cristiandad se ha arrogado la autoridad de servir en el altar de Dios, afirmando ser sus ministros y “sacerdotes”. Sin embargo, ¿qué ocurre ahora que avanzan las actuales langostas de Dios? Cuando los “sacerdotes” de la cristiandad ven en acción al pueblo de Jehová y oyen sus advertencias del juicio de Dios, se ponen frenéticos. Humillados y rabiosos, se golpean el pecho al ver el efecto devastador del mensaje del Reino. Y aúllan al ver que se les escapa la grey. Al írseles quedando pelados los campos, que pasen la noche vestidos de saco y lamentándose por su pérdida de ingresos. No tardarán en perder hasta el empleo. De hecho, Dios les manda estar de duelo toda la noche porque su fin está próximo.’’

La profecía de Joel no indica que los sacerdotes y los ministros mencionados en esos versículos solo afirmen ser sacerdotes y ministros de Jehová y no lo sean en realidad. Joel profetiza que tales hombres son en realidad los auténticos sacerdotes que ofician en “la casa de Jehová Dios”. Por eso el profeta se dirige a ellos como “ministros de mi Dios”. Sin embargo, si en realidad la interpretación de Betel es cierta, entonces, Jehová supuestamente le pide a la cristiandad que le suplique para aliviar la predicación de los testigos de Jehová. Sabemos que eso es simplemente ilógico y raya en lo ridículo.

Quizás la incongruencia más notable en el comentario de Betel sobre Joel es el hecho de que Dios promete recompensar los daños causados ​​por los invasores. Joel 2:25 dice: “Y ciertamente les compensaré a ustedes por los años que la langosta, la langosta reptante, sin alas, y la cucaracha y la oruga han comido, mi gran fuerza militar que he enviado entre ustedes.” Si Jehová interviene en la crisis y deshace el daño infligido por el ejército devorador, debería ser obvio que las hordas invasoras son enemigos de Dios y de su pueblo y no simbolizan un ejército de ministros pacíficos.

El libro de Malaquías contiene un mensaje similar proveniente de Jehová; una profecía que invita a su pueblo al arrepentimiento durante el tiempo del juicio. De manera por demás interesante, en Malaquías 3:11, Jehová dice: “Y ciertamente reprenderé por ustedes al devorador, y este no les arruinará el fruto del suelo, ni les resultará sin fruto la vid del campo.”

La nota al pie de página de la Biblia con referencias indica que el “devorador” literalmente significa “el que come” y se refiere a un insecto. La profecía de Malaquías armoniza con el hecho de que los ministros de Dios en Joel no son los que devoran, sino ¡Los que sufren el ataque de los devoradores!

DESPIERTEN BORRACHOS y LLOREN y AÚLLEN

¡El aspecto más preocupante de la interpretación de Joel por parte de la Watchtower es que la organización ha mantenido esa visión tan absurda por más de 80 años! Si los testigos de Jehová han estudiado la Biblia de manera profunda y han investigado mucho a lo largo de los años, ¿qué puede explicar esta falta tan grave de información acerca de estos asuntos proféticos tan vitales? La misma profecía de Joel arroja luz sobre la respuesta a esta pregunta en los versículos iniciales: ‘’Despierten, borrachos, y lloren; y aúllen, todos ustedes, bebedores de vino, por causa del vino dulce, porque ha sido cortado de sus bocas.’’

En otras profecías, Jehová también describe a sus hombres principales, los sacerdotes y los profetas, como borrachos. No, no es que se entreguen con exceso al vino o el licor, sino que están espiritualmente borrachos.

¿En qué sentido?

El conocimiento de la Biblia puede tener un efecto intoxicante sobre un individuo. El apóstol Pablo condenó la “exagerada seguridad propia del jactarse” que afligió a algunos de los cristianos de Corinto y también advirtió que la adquisición de conocimiento podría causar que uno se vuelva altivo.

Al igual que una persona intoxicada carece de capacidad de razonamiento claro y buen juicio y, a menudo, incluso es no es consciente de eso, teniendo consecuencias desastrosas, aparentemente, ese es también el caso de la directiva de la organización de Dios en el momento de su inspección.

Debido a su confianza injustificada en la permanencia y la justicia de la organización y sus posiciones dentro de ella, estos carecen de discernimiento acerca de los juicios de Dios. El comentario de la Sociedad acerca de Joel anteriormente citado dice de lo siguiente acerca de los borrachos espirituales mencionados:

“Así es: a los borrachos espirituales de Judá se les dijo que ‘despertaran’, es decir, que se despejaran de la embriaguez. Pero no creamos que se trata simplemente de historia antigua. Hoy mismo, antes del gran día de Jehová, el clero de la cristiandad está, en sentido figurado, tan harto de vino dulce, que apenas se percata de la orden del Altísimo. ¡Qué sorpresa se llevará cuando lo saque de la embriaguez espiritual el día de Jehová, grande e inspirador de temor!’’

La condena hecha hacia la cristiandad en realidad aplica más adecuadamente a la propia Sociedad Watchtower. Su absurda interpretación de Joel es una prueba de que están intoxicados con su propio entendimiento, ¡ajenos al venidero juicio de ellos por parte de Jehová! De hecho, “¡Qué sorpresa se llevarán cuando los saque de la embriaguez espiritual el día de Jehová, grande e inspirador de temor!’’

Como muchas profecías en la Biblia, el pronunciamiento de Joel es como un mensaje en una cápsula de tiempo. Está destinado a servir como un llamamiento para despertar a los ministros de Jehová, y este será emitido en un momento crucial, durante una calamidad mundial imprevista. Es una apelación final a la sobriedad espiritual y al arrepentimiento ante un Dios misericordioso.

Debido a eso, leemos en Joel 2: 12-13 estas palabras: ‘’ Y ahora también —la expresión de Jehová es— vuelvan a mí con todo su corazón, y con ayuno y con lloro y con plañido. Y rasguen su corazón, y no sus prendas de vestir; y vuelvan a Jehová su Dios, porque él es benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, y ciertamente sentirá pesar debido a la calamidad.’’

Claramente, Dios está haciendo una súplica humilde a aquellos a quienes él reconoce que anteriormente le servían de manera aceptable, pero que, por cualquier razón, se han alejado de su Dios. Obviamente, es por eso que el Todopoderoso le implora a su pueblo que “vuelvan a Jehová su Dios”.

Además, la profecía se refiere a los “ministros de Jehová” y a la nación sitiada como la “herencia” de Jehová. Por ejemplo, Joel 2:17 y 18 dicen: “Entre el pórtico y el altar, que los sacerdotes, los ministros de Jehová, lloren y digan: ‘Siente pena, sí, oh Jehová, por tu pueblo, y no hagas de tu herencia un oprobio, de modo que gobiernen naciones sobre ellos. ¿Por qué deberían decir entre los pueblos: “¿Dónde está su Dios? Y Jehová será celoso por su tierra y mostrará compasión a su pueblo.’’

¿Cuáles serán las circunstancias bajo las cuales “Jehová será celoso por su tierra y mostrará compasión a su pueblo”? Las circunstancias que mueven a Dios a actuar en nombre de su pueblo son el resultado del estado lamentable al que este es reducido como consecuencia de la invasión de la gran fuerza militar, cuando las naciones gobiernan sobre ellos. Según los escritos de Pablo, la casa de Dios es la organización formada por cristianos ungidos.

Los sacerdotes que están de duelo en la profecía de Joel, los llamados “ministros de Jehová”, deben, por lo tanto, representar a los ungidos. Así como los sacerdotes literales en el templo ofrecían sacrificios, la Biblia nos muestra que las ofrendas espirituales de los cristianos ungidos son como sacrificios sacerdotales en el santuario de Dios.

Joel armoniza con la profecía de Daniel que nos muestra a un rey de fiero semblante, el cual pisotea el santuario espiritual de Dios y hace que ‘’el rasgo constante” de los sacrificios cese por un tiempo. Entonces, en armonía con Isaías y Daniel, y también con muchas otras profecías, la profecía de Joel está prediciendo cómo la congregación de Cristo será vencida durante un tiempo de calamidad sin precedentes.

“LOS MINISTROS DE JEHOVÁ HAN ESTADO DE DUELO”

Las ofrendas espirituales dentro de la casa de Dios serán devoradas por la plaga de insectos. Joel 1: 9-10 dice: “Ofrenda de grano y libación han sido cortadas de la casa de Jehová; los sacerdotes, los ministros de Jehová, han estado de duelo. [El] campo ha sido despojado con violencia, [el] terreno se ha puesto de duelo; porque [el] grano ha sido despojado con violencia, [el] vino nuevo se ha secado, [el] aceite se ha desvanecido.’’

El versículo 11 continúa diciendo: “Los labradores han sentido vergüenza; los viñadores han aullado, a causa del trigo y a causa de la cebada; porque la cosecha de[l] campo ha perecido.’’ Isaías 61: 5 también habla de los granjeros y viticultores en relación con los sacerdotes ungidos restaurados de Jehová y los llama extranjeros en relación con el Israel espiritual. Por lo tanto, en relación con los sacerdotes del altar, los granjeros y los viñadores representan a las “otras ovejas” no ungidas que sirven como publicadores y precursores en el campo de la cosecha simbólico.

Para comprender completamente el significado de la profecía de Joel, el lector debe ser consciente de la importancia de la Sociedad Watchtower en la vida de los testigos de Jehová. Es indiscutiblemente aceptado entre todos los testigos que la Sociedad ha proporcionado un esquema profético confiable de eventos que aún no han ocurrido. Es simplemente imposible para ellos que el futuro se desarrolle de una manera diferente a la prevista por los oráculos de la organización. Entre otras cosas, la percepción común entre los testigos de Jehová es que la Sociedad servirá como una fuente infalible de luz espiritual hasta el final. El artículo anteriormente citado de la Atalaya sobre Joel refuerza la suposición de que los Testigos de Jehová están destinados a marchar hacia una gloria cada vez mayor, al decir:

“El ejército de langostas de Dios no detendrá su labor hasta que estalle el día de Jehová, grande e inspirador de temor. La mismísima existencia de esta fuerza imparable de langostas es una prueba destacada de que el día de Jehová está cerca. ¿Verdad que nos sentimos dichosos de servir junto con las langostas ungidas de Dios y sus compañeros en el ataque final previo al día de Jehová, grande e inspirador de temor?”

Lo que apoya esa suposición es el hecho de que la Sociedad Watchtower ha resistido muchas tormentas en el pasado y ha seguido adelante. Por ejemplo, la revista La Atalaya ha sido publicada sin interrupción desde 1879. Nunca se ha dejado de publicar ni un solo número. Eso es algo muy notable, teniendo en cuenta todas las dificultades que la Sociedad ha enfrentado; particularmente las surgidas durante la Primera Guerra Mundial, la agitación interna resultante de la repentina muerte de Charles Taze Russell en 1916 y el injusto encarcelamiento de los principales lideres de la Sociedad en 1918. La Atalaya se publicó sin interrupción incluso durante las escaseces de la Gran Depresión y durante las persecuciones y prohibiciones que se llevaron a cabo al tiempo de la Segunda Guerra Mundial.

Todos los testigos de Jehová han llegado a depender de la literatura de la Sociedad como la columna vertebral de su ministerio público. Además, esta se utiliza como el principal medio de instrucción en las congregaciones. Y obviamente, no hay nada en su panorama profético que indique que las imprentas de Betel serán cerradas en algún momento. Si eso ocurriera inesperadamente, sería sin duda un desastre sin paralelo para la organización.

Pero hablando en los simbolismos de una cultura agraria, Joel 1: 15-17 predice los acontecimientos calamitosos que están destinados a ocurrir sobre la congregación de Cristo como resultado de la denuncia de Dios: “¡Ay del día; porque el día de Jehová está cerca, y como despojo violento del Todopoderoso vendrá! ¿No ha sido cortado de delante de nuestros propios ojos el alimento mismo; de la casa de nuestro Dios, el regocijo y el gozo? Los higos secos se han arrugado y encogido bajo sus palas. Los almacenes han sido desolados. Los graneros han sido demolidos, porque [el] grano se ha secado.’’

Del mismo modo en que la profecía de Joel no predice una invasión literal de langostas, orugas y cucarachas, esta tampoco predice que el alimento literal ‘’será cortado de nuestros ojos’’. ¡La profecía está describiendo el despojo del alimento espiritual! Esto es evidente por el hecho de que el corte de los alimentos está directamente relacionado con el regocijo y la alegría que cesa en “la casa de nuestro Dios”.

No es de extrañar, entonces, que la profecía de Joel continúe diciendo: ‘’ ¡Oh, cómo ha suspirado el animal doméstico! ¡[Cómo] han vagado en confusión los hatos de ganado vacuno! Porque no hay pasto para ellos. También, los hatos de las ovejas han sido los que han tenido que llevar culpa.’’

Claramente, Joel no está prediciendo que el ganado y las ovejas literales se confundirán debido al despojo del Todopoderoso. En muchos lugares de las Escrituras, la congregación de Dios es comparada con un rebaño de ovejas o ganado. ¿Qué hace que el pueblo de Dios vague en confusión? Tal como lo predice Joel 1:16, esto se debe al corte del alimento espiritual de la casa de Dios.

Betel predice inadvertidamente lo mismo que Joel profetizó hace mucho tiempo que le ocurriría al pueblo de Jehová. He aquí lo que la Atalaya del 1 de junio de 1965 en su versión en inglés dijo con respecto a sí misma como el canal vital de comunicación de Jehová:

“Esta clase de esclavos sirve como un canal de comunicación terrenal para el pueblo de Dios, proporcionándoles un entendimiento de los propósitos de Jehová y dirigiéndolo a hacer su voluntad. Con esa dirección, ellos son iluminados, fortalecidos y unidos en su adoración al único Dios verdadero y vivo. Sin este medio de comunicación estarían dispersados ​​y perdidos.’’

Esencialmente, los profetas predicen lo mismo que la organización solo considera como un caso hipotético, es decir, que el pueblo de Dios sea dejado sin este ‘’medio de comunicación’’.

Si la Watchtower es el canal de comunicación a la congregación de Dios, entonces, el último versículo del primer capítulo de Joel no predice nada bueno para la Sociedad: “Las bestias del campo también siguen [volviéndose] a ti con anhelo, porque los canales de agua se han secado, y el fuego mismo ha devorado los pastos del desierto.’’

Aunque la versión revisada de la Traducción del Nuevo Mundo en inglés usa la palabra “flujos” en lugar de “canales”, el significado es el mismo. No hay otra conclusión razonable que pueda extraerse de esto, excepto que la profecía de Joel presagia el colapso total de la casa de Dios.

¡Eso significa que la Sociedad está predestinada a ser desolada!

Específicamente, en un futuro próximo ocurrirá lo siguiente:

  • La publicación e impresión de literatura bíblica cesará.
  • Las cuentas bancarias de la Sociedad serán confiscadas.
  • La función de la Sociedad Watchtower como un canal de fuertes corrientes de aguas de la verdad será reducida a un simple riachuelo seco.
  • ¡El alimento espiritual, una vez tan abundante, pasará de ser higos suculentos a frutas que se han marchitado y arrugado!
  • Las muchas instalaciones de impresión que utiliza actualmente la organización llegarán a ser como almacenes desolados.
  • ¡Los miles de salones del reino en todo el mundo se parecerán a graneros que han sido demolidos por su falta de uso!
  • ¡Los testigos de Jehová, como el ganado doméstico que depende de su dueño humano para su alimentación y cuidado, perderán su pasto espiritual y estarán aturdidos y confundidos ante el inesperado giro de los acontecimientos!
  • La multitud de ovejas de Cristo soportará la mayor parte del castigo por la falta de conocimiento de la Sociedad acerca de las profecías vitales que predicen la catástrofe que pronto causará la desolación completa de lo que se conoce como la organización visible de Jehová.
  • El colapso de la Sociedad marcará el fin del ministerio del campo de los testigos de Jehová en su forma actual. Esto se debe a que la labor de predicación mundial de los testigos de Jehová depende totalmente de la dirección constante de las publicaciones periódicas de la Sociedad Watchtower.
  • Trágicamente, los muchos amos de casa que dependan en ese momento de los estudios bíblicos y de las visitas continuas de los testigos de Jehová, así como los millones de personas que aún no han sido contactadas, se perderán, tal como dice la profecía: “la cosecha de campo ha perecido.’’

“EL SOL Y LA LUNA SE OSCURECERÁN’’

A lo largo de las Escrituras proféticas se encuentran numerosos simbolismos apocalípticos que denotan fenómenos celestiales y terrenales aterradores. Joel no es la excepción. En tres lugares diferentes de este libro, el profeta predice fenómenos celestiales espeluznantes y pavorosos en relación con el día del ataque de las langostas.

Acompañando al ejército devorador, el profeta predice que los cielos serán sacudidos. Joel 2:10 dice: “Delante de él [la] tierra se ha agitado, [los] cielos se han mecido. El sol y la luna mismos se han oscurecido, y las estrellas mismas han retirado su resplandor.’’

Joel 2: 30-31 también dice: “Y ciertamente daré portentos presagiosos en los cielos y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo. El sol mismo será convertido en oscuridad, y la luna en sangre, antes de la venida del día de Jehová, grande e inspirador de temor.’’

Y Joel 3: 15-16 dice de manera similar: “El sol y la luna mismos ciertamente se oscurecerán, y las estrellas mismas realmente retirarán su resplandor. Y desde Sión Jehová mismo rugirá, y desde Jerusalén dará su voz. Y el cielo y la tierra ciertamente se mecerán…’’

El hecho de que los pasajes de Joel utilicen un simbolismo apocalíptico similar al empleado por Jesús al hablar de una tribulación sin precedentes nos indica que la profecía de Joel también se cumplirá en ese momento, junto con una guerra sin precedentes. No cabe duda de que el uso de armas termonucleares es lo que producirá en los cielos las aterradoras ‘’columnas de humo’’, también conocidas como ‘’nubes de hongo’’. No debería haber ninguna duda de que incluso el uso limitado de tales armas horribles enviaría devastadoras ondas de impacto que retumbarían en todo el mundo, sacudiendo a la civilización hasta sus cimientos, o como lo expresa la profecía: ‘’el cielo y la tierra se mecerán’’.

Las luminarias celestiales que son repentinamente eclipsadas simbolizan a los gobiernos políticos actuales e instituciones relacionadas con ellos, presuntamente permanentes, que experimentarán una catástrofe y un colapso como nunca se ha visto. Estas ya no estarán de pie como faros de luz, esperanza y seguridad para la humanidad. La caída del sistema actual será de tal magnitud que provocará una reacción en la tierra como si las luminarias reales en el cielo se hubieran extinguido. La civilización moderna estará al borde de una nueva era oscura y aterradora.

El día del ataque de las langostas aparentemente tiene que ver con la desintegración y el derrocamiento del actual orden de las naciones, haciendo que el sistema democrático existente dé paso a una dictadura militar global, absolutista y totalitaria. Ese acontecimiento estará acompañado de la coronación de Cristo y la venida de su Reino y servirá como el medio por el cual el mundo se enfrentará directamente con el asunto de la soberanía universal de Jehová.

Para estar seguros de la verdadera interpretación de lo que significa el ejército de los insectos de Jehová, es útil observar los paralelos con el capítulo 13 de Isaías. Joel 2: 6 describe de la siguiente manera el efecto de la fuerza militar de Jehová sobre el mundo: “Debido a él, los pueblos estarán con fuertes dolores. En cuanto a todos los rostros, ciertamente recogerán un fulgor [de excitación].’’

En comparación, Isaías 13: 7-8 dice lo siguiente de manera similar: “Por eso todas las manos mismas caerán, y el entero corazón mismo del hombre mortal se derretirá. Y la gente se ha perturbado. Convulsiones y dolores de parto mismos se apoderan; están con dolores como una mujer que está dando a luz. Se miran unos a otros con asombro. Sus rostros son rostros inflamados.’’

Ambas profecías usan exactamente la misma frase al describir este acontecimiento como una destrucción por parte del Todopoderoso. Mientras que la Watchtower afirma que el despojo anunciado en Joel es el resultado del ministerio de los testigos de Jehová, es evidente que el agente destructor representado en Isaías es algo muy diferente.

Isaías 13: 3-5 registra la declaración de guerra de Jehová, diciendo: ” Yo mismo he dado la orden a mis santificados. También he llamado a mis poderosos para [expresar] mi cólera, a mis eminentemente alborozados. ¡Escuchen! ¡Una muchedumbre en las montañas, algo semejante a un pueblo numeroso! ¡Escuchen! ¡El alboroto de reinos, de naciones reunidas! Jehová de los ejércitos está reuniendo en formación militar al ejército de guerra. Vienen desde la tierra lejana, desde la extremidad de los cielos, Jehová y las armas de su denunciación, para destrozar toda la tierra.’’

Curiosamente, la palabra profética de Dios también se refiere a los ejércitos de sus antiguos agentes imperiales como langostas. Por ejemplo, Jeremías 46:23 dice acerca de los caldeos: “Pues se han hecho más numerosos que la langosta, y no tienen número.’’

Del mismo modo, Nahum dice de los asirios: “Aun allí el fuego te devorará. Una espada te cortará. Te devorará como la especie de la langosta. Hazte pesada en números como la especie de la langosta; hazte pesada en números como la langosta. Has multiplicado tus comerciantes más que las estrellas de los cielos. En cuanto a la especie de la langosta, esta realmente se despoja de su piel; entonces se va volando. Tus guardias son como la langosta, y tus oficiales de reclutamiento como el enjambre de langostas.’’

Por lo tanto, es evidente que las langostas de Joel representan a las fuerzas imperiales modernas que Jehová se ha propuesto utilizar para destruir el actual sistema estado-nación y juzgar a su pueblo y al mundo.

‘’AL NORTEÑO LO PONDRÉ BIEN LEJOS’’

Otra interconexión interesante entre las profecías es el hecho de que Joel 2:20 se refiere a la fuerza invasora de Jehová como “el norteño”. Ese versículo dice: ‘’Y al norteño lo pondré bien lejos de sobre ustedes, y verdaderamente lo dispersaré a una tierra árida y yermo desolado, con su rostro al mar oriental y su sección posterior al mar occidental. Y el hedor de él ciertamente ascenderá, y la fetidez de él seguirá ascendiendo; porque Él realmente hará una cosa grande en lo que Él hace.’’

Cabe destacar que Jehová aleja al norteño debido a su intenso amor por su pueblo. Por eso leemos en el versículo 18 lo siguiente: ” Y Jehová será celoso por su tierra y mostrará compasión a su pueblo.’’

¿Quién o qué es “el norteño”?

Los estudiantes de las profecías probablemente reconocen que cada uno de los principales profetas de Dios, a saber, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel hacen mención de un rey vengador que proviene del norte simbólico. Un hilo común tejido a través de todas las profecías es que el tirano designado por Dios para destruir el mundo es descrito como procedente del norte. Por ejemplo, en las profecías se menciona repetidamente que Nabucodonosor viene del norte. Del mismo modo, se dice que el profetizado Gog de Magog proviene de las partes más remotas del norte. Y, por supuesto, sabemos que hay existe un rey del norte.

Así como las antiguas naciones de Asiria y Babilonia eran agentes de castigo en manos del Todopoderoso, mientras arrasaban a Israel y las naciones circundantes viniendo desde el norte literal, hay un “norteño” moderno que Jehová todavía no ha desatado sobre este mundo desprevenido.

De acuerdo con el principio bíblico de que dos o tres testigos establecen un asunto legal, los antiguos profetas de Dios han predicho el mismo evento que ocurrirá durante el fin de este sistema de cosas; a saber, que la organización de Jehová va a ser devastada por una coalición de naciones, las cuales vienen desde el norte. Joel está en armonía con otros profetas al predecir que un ataque sin igual del norteño simbólico devastará el lugar santo de Dios.

En caso de que haya alguna duda, Joel 3:17 confirma que es la posesión de Jehová la que es víctima del ataque de las langostas, y no al revés. Ese versículo dice lo siguiente: “Y ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová su Dios, que resido en Sión, mi santa montaña. Y Jerusalén tiene que llegar a ser un lugar santo; y en lo que respecta a extraños, ya no pasarán por ella.’’

Así como el Señor Jesús profetizó que una cosa repugnante política pisotearía el lugar santo de Dios por un tiempo determinado, es evidente que las fuerzas militares del norte son los “extraños” que violan la santidad del templo espiritual de Dios por un número no especificado de años.

El enjambre de insectos simboliza a los agentes del último imperio, el octavo rey del Apocalipsis, que Jehová utilizará para disciplinar a su pueblo y destruir naciones.

Los israelitas fueron frecuentemente hostigados, invadidos e incluso ocupados por las naciones circundantes cuando se apartaron de la adoración pura. Dios permitió que los filisteos, los moabitas, los edomitas y otros afligieran a Israel para que volvieran a Él. Este es un tema común de las Escrituras Hebreas.

Y los seis antecesores imperiales de la moderna alianza angloamericana, a saber, Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y Roma, gobernaron cada uno sobre Israel y Judá a su tiempo. Las profecías hebreas y el libro de Revelación indican que el “Israel de Dios” cristiano también está destinado a sufrir lo mismo antes de ser llevado a la gloria.

Pero, ¿cómo podrían las naciones modernas gobernar la “Jerusalén” de Jehová durante el tiempo del fin? Como es bien sabido, en tiempos de guerra y agitación, incluso las naciones democráticas que afirman valorar la libertad han perseguido a los testigos de Jehová. No hay necesidad de relatar la lucha bien documentada de la Sociedad Watchtower para establecer legalmente las buenas nuevas. Basta con decir que las garantías constitucionales inherentes a los sistemas legales de las naciones occidentales han servido como protección para los testigos de Jehová.

Incluso Pablo apeló a César. Pero deberíamos preguntarnos lo siguiente: ¿Qué pasaría con la libertad de culto, la libertad de expresión, la libertad de prensa y otras libertades tan apreciadas, si el actual orden mundial angloamericano fuera derrocado de repente? ¿Qué ocurriría entonces?

Que ningún testigo de Jehová se burle de la idea de que los Estados Unidos están destinados a ser derrocados y reemplazados por un gobierno mundial tiránico. Eso está destinado a ocurrir por la mismísima palabra de Jehová. La profecía de Joel predice que el mundo relativamente pacífico y seguro en el que vivimos ahora será devorado por los ejércitos voraces de Jehová y sus libertades, consagradas en documentos venerados como la Declaración de los Derechos Humanos y las constituciones de muchos países serán consumidas durante el ardiente día del juicio como mero rastrojo.

Las instituciones que actualmente sirven como los cimientos de esta civilización moderna serán destruidas. De manera espeluznante, Joel 2: 3 predice lo siguiente: “Delante de él un fuego ha devorado, y detrás de él una llama consume. Como el jardín de Edén es la tierra delante de él; pero detrás de él es un desierto desolado, y ha resultado, también, que no hay nada de ello que escape.’’

¿Cuál es el significado del hecho de que los ejércitos invasores ‘’penetran precipitadamente en la ciudad, sobre el muro corren, por las casas suben y por las ventanas entran como el ladrón’’? Seguramente, esto anuncia un estado policial total y condiciones de ley marcial; donde las propiedades privadas pueden ser espiadas electrónicamente o invadidas físicamente y las posesiones pueden ser confiscadas sin protección o recurso legal para el ocupante.

También puede simbolizar como las riquezas de las personas serán saqueadas cuando los agentes del octavo rey violen el muro imaginario que las protege. Las cuentas bancarias, los bonos del tesoro, las acciones, las anualidades y los fondos de pensiones, así como el dinero de papel de las naciones, pueden devaluarse hasta el punto de la inutilidad a través de la hiperinflación o ser confiscados por otras formas de sofisticada política financiera.

Al tiempo de la última edición de este libro, el mecanismo de “rescate” (bail-in) fue implementado en Europa y ya existe en Estados Unidos en el proyecto de ley Dodd-Frank. Este hace legal que los bancos insolventes confisquen los fondos mantenidos en depósito. Por lo tanto, el cartel bancario de Londres tiene a su alcance la riqueza de millones de personas, eliminando la necesidad de un ejército real de saqueadores.

“Y POR MI PUEBLO SIGUIERON ECHANDO SUERTES’’

Eventualmente, los testigos de Jehová despertarán de la ilusión de que Babilonia la Grande ya ha caído, así como de la ingenua idea de que las muchas profecías que afirman que el pueblo de Dios será perseguido y llevado cautivo a Babilonia la Grande se cumplieron desde el siglo II hasta el año 1919.

La verdad a la que inevitablemente se enfrentarán los testigos de Jehová es que la organización está destinada a ir al cautiverio en un futuro cercano. Esto se debe a que el sistema religioso conocido como Babilonia la Grande sobrevivirá inicialmente a la caída del actual sistema económico y político. Y en lugar de que el octavo rey destruya a la cristiandad al principio de la gran tribulación, tal como insiste tercamente la Watchtower, los testigos de Jehová se encontrarán bajo el dominio del último rey tiránico y su consorte religiosa durante la fase inicial del día de Jehová. El siguiente texto bíblico, el cual habla del pueblo de Dios, aún no se ha cumplido: ” Y por mi pueblo siguieron echando suertes; y daban un niño varón por una prostituta, y a una niña la vendían por vino, para beber.’’ (Joel 3: 3)

Si el versículo mencionado anteriormente no se refiere al pueblo de Dios, entonces pídale a los videntes de Betel que  interpreten coherentemente el significado de Joel 3: 1-2, que dice: “Porque, ¡mira!, en aquellos días y en aquel tiempo, cuando traiga de vuelta a los cautivos de Judá y Jerusalén, también ciertamente juntaré a todas las naciones y las haré bajar a la llanura baja de Jehosafat; y ciertamente me pondré en juicio con ellas allí a causa de mi pueblo y mi herencia Israel, a quienes esparcieron entre las naciones; y repartieron mi propia tierra.’’

De acuerdo con las absurdas interpretaciones de Joel por parte de Betel, el clero es el objeto de la devastación mencionada. Sin embargo, el capítulo final de la profecía describe a Jehová reuniendo a los cautivos de su pueblo como un preludio inmediato al Armagedón. Obviamente, ellos son humillados debido a la calamidad descrita en la profecía. Entonces, es evidente que la reunión final de aquellos que finalmente recibirán la salvación tiene lugar durante el día de Jehová.

La persecución y el martirio de los seguidores de Cristo justificarán la respuesta que provendrá de Jehová. Tal como fue el caso con Asiria y Babilonia, aunque Jehová utilizó esos imperios para castigar a Israel y Judá, ellos también fueron llamados a rendir cuentas por haberse deleitado en la destrucción y el maltrato de la herencia de Dios. Y el trato de Dios con las naciones antiguas establece un patrón para el juicio venidero.

Si bien la Congregación Cristiana de los Testigos de Jehová indiscutiblemente ha traído reproche sobre el nombre de Dios y pronto tendrá que pagar el precio, las entidades perversas que provocan la ejecución de los juicios de Jehová también rendirán cuentas ante el Todopoderoso.

En Joel 3: 4 al 7, Dios habla a las naciones en ese momento, diciéndoles: “Es el trato que me dan como recompensa? Y si ustedes me dan tal trato, veloz, rápidamente pagaré su trato sobre sus cabezas. Porque ustedes han tomado mi propia plata y mi propio oro, y han llevado mis propias cosas buenas deseables a sus templos; y a los hijos de Judá y a los hijos de Jerusalén los han vendido a los hijos de los griegos, con el propósito de alejarlos de su propio territorio; miren, voy a despertarlos [para que vengan] del lugar al cual ustedes los han vendido, y ciertamente pagaré el trato de ustedes sobre sus propias cabezas.’’

Como una confirmación más de que la invasión simbólica de insectos aflige al pueblo de Dios, Jehová declara que los saqueadores habrán tomado realmente lo que le pertenece a Él, como si se robaran y saquearan su oro, su plata y sus preciados tesoros.

Todo esto nos recuerda el saqueo del templo de Salomón a manos del rey Nabucodonosor. Todos los tesoros del templo, sin duda incluyendo el arca dorada del pacto, fueron llevados a Babilonia. Y debe tenerse en cuenta especialmente que en la misma noche en que la mano de Dios deletreó la escritura en la pared del palacio, el rey de Babilonia estaba banqueteando y bebiendo de las copas de oro que su abuelo había saqueado de los tesoros de Jehová.

Con respecto a la profecía de Joel, la venta de los residentes de “Judá” y “Jerusalén” significa la completa subyugación de los ministros de Dios y, como consecuencia, el cese del ministerio cristiano en todo el mundo.

Por lo tanto, la obra extraña de Dios y su actividad inusual se llevan a cabo. El período de agitación venidero y la desolación del lugar santo de Jehová servirán como los medios por los cuales los ángeles de Cristo efectuarán la siega final, separando a los infieles y malvados de aquellos destinados a recibir la salvación.

Pero, aunque Jehová hiere, Él también cura. Jehová puede romper un hueso, pero también sanarlo. Jehová es un destructor, pero también es el Salvador.

La devastación de la organización terrenal de Dios preparará el camino para que Jehová derrame su bendición sobre un remanente castigado de sobrevivientes. Joel 2:32 confirma que “los escapados” recibirán la salvación: ” Y tiene que ocurrir que todo el que invoque el nombre de Jehová escapará salvo; porque en el monte Sión y en Jerusalén resultarán estar los escapados, tal como ha dicho Jehová, y entre los sobrevivientes, a quienes Jehová llama.”

Aunque la profecía de Joel aparentemente está dirigida a Israel, esta no se cumplió en ningún momento del pasado. Esto se desprende del hecho de que durante los juicios anteriores la ciudad de Jerusalén fue completamente destruida. Jerusalén y su Monte Sión no eran un refugio para los sobrevivientes, sino todo lo contrario. Es evidente, entonces, que el Monte Sión y Jerusalén hacen referencia al Monte Sión celestial y la Nueva Jerusalén, es decir, al Reino de Dios.

Así que, mientras que la organización terrenal será sin duda saqueada y pisoteada durante los tiempos señalados de las naciones, al igual que la antigua Jerusalén y su templo, la organización espiritual como tal, cuyos miembros son ciudadanos de la Jerusalén celestial, no será derrotada de ninguna manera.

Después de la purga ardiente, los fieles experimentarán un derramamiento del espíritu santo como el cual no se ha visto desde que este fue derramado en el pentecostés del siglo I. El capítulo dos de Joel predice que tanto los ungidos (los hijos e hijas) así como los no ungidos (los siervos y siervas) recibirán la medida completa del espíritu santo de Dios para cumplir la fase final de la obra de Dios después de que la Watchtower haya sido descartada y abandonada durante la gran tribulación.

Joel 2: 28-29 predice lo siguiente: “Y después de eso tiene que ocurrir que derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. En cuanto a sus viejos, sueños soñarán. En cuanto a sus jóvenes, visiones verán. Y aun sobre los siervos y sobre las siervas derramaré en aquellos días mi espíritu.’’

Sin embargo, a diferencia del día de Pentecostés, cuando el espíritu santo engendró a los primeros hijos del Reino, el derramamiento sobre los hijos e hijas de Dios durante el día de Jehová no los unge, debido a que ellos ya serán ungidos.

El cumplimiento final de la profecía tiene que ver con que el cuerpo de Cristo sea aceptado plenamente en el Reino por medio de su sellado final; de modo que, durante el período más oscuro de la historia, los elegidos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el Reino de su Padre celestial. Ese evento cumplirá la profecía que nos habla de la gloriosa revelación de los hijos de Dios en relación con la manifestación de Cristo mismo.

Sin duda alguna, las profecías inspiradas por ese derramamiento del espíritu santo tendrán que ver con anunciar la auténtica parusía y el establecimiento genuino del Reino. No, no de la manera en que los testigos de Jehová predican actualmente, sino con espíritu y poder. Las visiones que verán consistirán en la comprensión verdadera y completa de las visiones proféticas originalmente registradas en la Biblia. Y, de manera especial, la visión de la transfiguración se cumplirá por medio de la manifestación visible de Cristo a sus elegidos.

Pero en lugar de ofrecer esperanza y salvación a las naciones, los verdaderos testigos de Jehová tocarán el cuerno y “darán un grito de guerra”. En vez de exhortar a los hombres del mundo a que transformen sus espadas en rejas de arado, Dios ordena a sus testigos que declaren la guerra sobre las naciones: “Proclamen esto entre las naciones: ‘¡Santifiquen guerra! ¡Despierten a los hombres poderosos! ¡Que se acerquen! ¡Que suban, todos los hombres de guerra! Batan sus rejas de arado en espadas, y sus podaderas en lanzas. En cuanto al débil, que diga: ‘Soy hombre poderoso’. Presten su ayuda y vengan, todas las naciones de en derredor, y júntense’. A aquel lugar, oh Jehová, haz bajar a tus poderosos. ‘Que las naciones sean despertadas y suban a la llanura baja de Jehosafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de en derredor.’

“Aquel lugar” en donde las naciones se reúnen para la guerra contra Dios, se conoce en Joel como la “llanura baja de Jehosafat”, pero en el libro de Revelación este recibe un nombre más familiar: Armagedón. Y aquellos “poderosos” a quienes Jehová hará bajar del cielo son los ejércitos de ángeles y los 144 mil santos bajo el mando del nuevo gobernante de la tierra: Jesucristo.